sábado, 31 de diciembre de 2011

Crítica de "Drive", de Nicolas Winding Refn, con Ryan Gosling


Valoración: Floja

El danés Nicolas Winding Refn debuta en Hollywood con Drive, una película carente de estilo y personalidad, que calca estereotipos del western y el cine negro y que no ofrece lo que promete.

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No me gusta que me tomen el pelo. Si una película promete en su tráiler acción, tiros, robos y persecuciones, cuando voy al cine espero ver eso. Si me ofrecen algo distinto, entiendo que ha habido publicidad engañosa, es decir, que se ha incurrido en fraude. Vamos, que me han timado.

Cuando uno llega al cine y la película no cumple las expectativas previstas, puede resultar bueno o malo. Si te encuentras con una sorpresa agradable, perfecto. Pero si te gusta el cine de acción y te lo cambian por un drama romántico de corte independiente, la cosa cambia. Si además se trata de una película tan poco original como incongruente, el asunto empeora y si ya para rematar la faena, te encuentras con un montón de seres abducidos por la crítica o por la tontería internacional (no sé muy bien por qué) terminas de mosquearte.

Todo el que ha visto el tráiler de Drive se esperaba una película de acción del estilo Transporter: thriller de acción en el que un profesional del volante es contratado por tipos muy poco recomendables para escapar de sus atracos. Es exactamente el argumento de la primera Transporter.

Pero Drive no sólo no es Transporter (Luc Besson gustará o no, pero es capaz de imprimir su propio sello personal), es que directamente no es una película de acción. El centro de la historia es un triángulo amoroso muy mal planteado y desastrosamente definido, tanto que aunque hubiera ido esperando un drama romántico, la película seguiría pareciéndome lo que es: un bodrio.

Pero claro, estamos ante un director europeo (quiero decir de fuera de Hollywood, ya sabéis que USA es el diablo, bla bla bla y no sé cuántas tonterías más) que presenta un filme de corte independiente (a ver si nos vamos enterando de que no ser comercial no es sinónimo de ser bueno) como cine de acción en el que apenas hay acción (menudo trabalenguas).

Aquí me voy a poner serio. Soy un enamorado del buen cine de acción y "Drive" es un insulto para el género. No sé qué se han fumado todos aquellos que dicen que es la película del año y no me importa si dicen que soy un fanático o que hay que respetar todas las opiniones. De hecho nunca he creído en eso, ya que no todas las opiniones son respetables. Depende de dónde provengan, no siempre deben ser tenidas en cuenta.

Y ahora la pregunta del millón: ¿acaso me creo tan especial como para que mi opinión sí deba ser leída y tenida en cuenta? Pues mirad, va a ser que no. Por eso voy a dejar de opinar y me voy a centra en una serie de hechos:

  1. Drive no es original. Hay otra película que prometía acción, era Hanna, con un tráiler igual de engañoso, en el que nos hacía pensar que íbamos a ver algo en plan Nikita y luego presentaba un drama de corte independiente (también fue sobrevalorada en exceso por una crítica cada vez más vendida al esperpento o a lo que les pagan las productoras, claro).
  2. Nicolas Winding Refn utiliza elementos del western clásico (el pistolero solitario), el especialista (Transporter), el tipo duro parco en palabras con un mondadientes (Stallone en Cobra), el cine negro (mafiosos, amor sin futuro) y los mezcla sin estilo, sin personalidad, sin innovación de ninguna clase (a eso no se le llama homenaje, sino KARAOKE).
  3. La película no posee ritmo, ni diálogos ingeniosos (sólo rescato una frase lapidaria sobre los dientes que alguien iba a tragarse y poco más). Trata de sobresalir introduciendo de golpe secuencias de violencia extrema con muchas tetas de fondo (¿no habíamos dicho que no era cine comercial?) pero claro, sin el talento ni la personalidad de Sam Peckinpah o Quentin Tarantino para este menester.
  4. Los personajes secundarios, en especial los villanos, son completamente planos. No sólo se encuentran sin definir, sino que tampoco sufren ninguna evolución. Y como dijo Hitchock, que algo sabía de esto, una película vale lo que vale su villano.
  5. En interpretación el único que tiene un pase es Ryan Gosling (aunque si le dan el Oscar, como dicen por ahí, será otra nueva prueba de la decadencia de estos premios). Pero Carey Mulligan no aporta nada, Oscar Isaac es directamente patético y el resto se limita a recitar sus textos.
  6. La historia de amor, que es de lo que realmente va esto (ni acción, ni robos, ni thriller, ni nada parecido) tal y como ésta se desarrolla, resulta más inverosímil que aquella ocasión en la que James Bond (Pierce Brosnan) saltó al vacío por un barranco, se montó en el aire en una avioneta y le dio tiempo a ponerla en marcha y remontar el vuelo.
Hasta aquí los hechos. Mis opiniones gustarán o no, pero siempre las fundamento en hechos. Así pues, una película que copia torpemente a Sergio Leone, Sam Peckinpah, Quentin Tarantino e incluso a Stallone y Charles Bronson, que a pesar de ello pretende ser original (debería titularse "La insoportable pretensión" en lugar de "Drive"), que mezcla estereotipos de diferentes géneros sin ninguna habilidad ni innovación, que va de independiente y no comercial (como si las tetas, la sangre, la violencia y las mujeres florero no fueran elementos comerciales) y cuyo desarrollo, a pesar de que dice ser un thriller, es lento y soporífero, en mi humilde opinión, nunca puede ser considerada como una buena película. De ahí que hace unas líneas la haya calificado como un bodrio.

Feliz Año nuevo a todos. Esperemos que Sherlock Holmes 2 sea un buen inicio de 2012. Por si acaso y a tenor de los últimos estrenos, prefiero no hacerme demasiadas ilusiones y eso que Guy Ritchie, a diferencia de este torpe y sobrevalorado Nicolas Winding Refn (al final me aprenderé su nombre) sí sabe hacer un uso personal y particular de la violencia.

jueves, 29 de diciembre de 2011

Crítica de "Perros de paja" (Rod Lurie) con James Marsden y Kate Bosworth

Valoración: Pasable

Nueva adaptación de la novela de Gordon Williams que dio origen al polémico filme de Sam Peckinpah, dirigida por Rod Lurie y protagonizada por James Marsden, Kate Bosworth, James Woods y Alexander Skarsgård.

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 Hace unos años, viendo una noticia en la televisión, mis entonces compañeros de piso y yo nos partíamos literalmente de risa al escuchar que los guionistas de Hollywood se declaraban en huelga (de hecho las únicas huelgas de este tipo que me he tomado en serio han sido la de actores de doblaje y la de los guionistas de 24).

Tras las risas, alguien comentó: "¿pero no llevan ya años en huelga?". Años después, viendo que los remakes siguen inundando Hollywood, pienso que la huelga continúa. ¿De verdad hacía falta otra versión del libro The Siege of Trencher's Farm, de Gordon M. Williams, máxime cuando ya existe una gran película al respecto?
  
Para empezar, el filme que acaba de estrenar Rod Lurie (algunos se acordarán del "rollazo" Candidata al poder o de la correcta La última fortaleza) no es otra adaptación del libro, sino un remake de la película original. Cualquiera que haya leído la novela sabrá que únicamente hay violencia. La parte del sexo la introdujo Peckinpah, de tal manera que convirtió su filme de 1971 en una película transgresora, incorrecta, relevante... En pocas palabras: inolvidable.
  
¿Por qué el remake? Porque no hay ideas. Para paliar esta falta de imaginación (para mí que la mayoría de escritores con talento trabajan en televisión, pero bueno, eso ya es otra cuestión a analizar) existen varias fórmulas. Una es el remake, bien de una película, bien de una producción televisiva, como la infame No tengas miedo a la oscuridad (sí, también me la he tragado y hablaré sobre ella en unos días).

Otra es adaptar algún libro de éxito, como ha sucedido estos últimos años con Crepúsculo y Harry Potter. También está de moda que algún director europeo desconocido haga una película de acción que no sea de acción (otra "joyita", Drive, la cual analizaré entre hoy y mañana).

La pregunta es: ¿por qué no se limitan a hacer su trabajo? Es decir, idear una historia con una trama interesante, personajes definidos, actores que hayan trabajado sus papeles... No sé, hacer cine, que para eso pagamos una entrada.

Una buena película puede gustar aunque el tema tratado, en principio, no sea de interés propio. Me sucedió el año pasado con La red social. No soy ningún loco del facebook. Lo utilizo para ciertas cosas, pero no me paso el día contando en internet si me he lavado los dientes, si he salido a dar una vuelta, si me he echado la siesta... Así que, en principio, el filme en cuestión no despertaba en mí ninguna curiosidad. Entonces, ¿por qué fui a verla? ¿Por qué cuando salí del cine dije que para mí había sido la mejor película del año? Y eso que estaba Origen (ya sabéis cuánto me gusta la buena ciencia ficción).

La respuesta es simple: David Fincher en la dirección, Aaron Sorkin en el guión. Es decir, juntamos a un director y un guionista con talento para dar y tomar, les damos medios para hacer una película y ¡Voilá! No es tan difícil.

A todo esto, ¿de qué estábamos hablando? Ah, sí, de Perros de paja, ¿veis como es una película olvidable? Bien, ¿recomendable o no? La primera vez que la vi pensé que no, que quien sienta curiosidad puede esperar a verla de alquiler o en la tele. Sin embargo, con el final de año que llevo (Immortals, Drive, No tengas miedo a la oscuridad...) la verdad es que no queda tan mal.

Pero claro, si habéis visto la original de Sam Peckinpah, la cosa cambia, porque Dustin Hoffman no es un X-Men (James Marsden), Kate Bosworth está tan buena como Susan George pero una es actriz (George) y la otra no y, como colofón final, si la de 1971 fue tan polémica que llegó a recibir censura (en la secuencia de la violación), la de ahora es políticamente correcta hasta el extremo. Así que, vosotros mismos.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Crítica de Immortals, con Henry Cavill, Mickey Rourke y Freida Pinto


Henry Cavill, Mickey Rourke, Freida Pinto y Stephen Dorff protagonizan Immortals, un nuevo repaso a la mitología griega dirigido por el indio Tarsem Singh.

Valoración: Mala

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Ya sabéis que voy mucho al cine. Estoy empezando a pensar que tal vez demasiado. El caso es que todos los años, suelen quedar grabadas a fuego en mi memoria ciertas películas, bien por exceso, bien por defecto. Me refiero a que siempre hay algún que otro peliculón que te deja marcado y, a la vez, alguna que otra que entra en la calificación de bodrio del año. Pues bien, Immortals es uno de los grandes bodrios del año.

Enmascarada con una estética similar a 300, con un sinfín de repetitivos combates tipo Espartaco (la serie de tv) y muchas cosas del video juego God of War, la película carece de historia, trama, interés, personajes carismáticos... Básicamente es un aburrimiento mortal. Debería haberse titulado "Bored Mortals" o algo así (perdonad mi "horrible English").

Este tipo de películas, como mínimo, deben entretener. Pero en este caso, tuve que hacer auténticos esfuerzos para no dormirme, porque su historia de casi dos horas era soporífera. Resultó una tortura tan grande aguantar hasta el final despierto, que comienzo a pensar en que Jack Bauer no se habría tenido que jugar su carrera cada dos por tres, utilizando la violencia para hacer hablar a los malos, si esta película se hubiera estrenado antes. La tortura de tener que verla una y otra vez habría bastado para obtener la pertinaz información.

Pero bueno, centrémonos. 300 marcó una época. Desde entonces muchos han intentado imitarla, con más bien poco éxito. Recuerdo la torpe Furia de Titanes, que en su día me pareció muy mala, aunque tras ver Immortals estoy reconsiderando mi postura. 300, además de presentar novedades visuales, era una película con argumento, trama, personajes de verdad... Vamos, todo eso que uno piensa que debería tener todo filme. Su éxito en taquilla supuso la inevitable sucesión de "plagios", con el consiguiente daño al espectador.

En Immortals tenemos a un protagonista, Henry Cavill, que tiene la misma cara cuando degollan a su madre ante sus ojos, que cuando está en la cama con la exótica y espectacular Freida Pinto. La actriz, por cierto, aparece como vino al mundo a modo de otro ornamento más de la película, porque su personaje es tan lamentable como el resto.

Luego están las situaciones ridículas. Existe un ejército comandado por el temible Hiperión (Mickey Rourke) que está arrasando sin contemplación toda la Tierra, tratando de encontrar el poderoso Arco de Epicuro y así poder retar a los dioses, liberando a los Titanes y no sé cuántas cosas más. Bueno, pues este temible ejército se ve derrotado por el bueno de Teseo, junto a su novia y cuatro amiguetes. Y no hay ningún tipo de estrategia ni nada: simplemente se plantan allí, "con dos cojones" y ganan la batalla.

No me voy a poner a hacer comparaciones con las grandes películas épicas del cine. Me iré a una de calidad discutible como Las crónicas de Riddick (y reconozco que a mí me gustó). El señor Riddick, muy bien interpretado por Vin Diesel (éste sí sabe dotar de carisma a un protagonista de acción) se las ve y se las desea para poder infiltrarse dentro de la cámara principal de los Necróferos (otro de esos ejércitos todopoderosos que aniquilan planetas sin parar) para retar a Lord Marshall (Colm Feore) que es el gran jefe malo, por denominarlo de alguna manera.

Una vez allí, este particular Lord oscuro (me permitís la licencia, ¿verdad?) es tan poderoso que acepta el duelo sin dudar que va a machacar a su rival. De hecho, si no llega a ser por la intervención de la mano derecha del Lord (Karl Urban) que decide traicionarle, Vin Diesel estaba recibiendo la paliza de su vida. Pero aprovecha el factor sorpresa y sólo así termina venciendo.

Puede que lo de Vin Diesel sea una fantasmada, pero al menos no es ridículo como lo de Teseo en Immortals, que no hay por donde cogerlo. Y si al menos hubiera sido entretenida, vale, pero ver lo mismo una y otra vez termina por agotar a cualquiera.

Ahora aparecerán todos aquellos fans de la película (que seguro que los hay y a quienes, lo digo desde ya, respeto por completo) y me dirán aquello de "si eres tan listo ponte tú a hacer una película". Pues a riesgo de parecer más chulo que Bruce Willis, os diré lo siguiente: viendo cómo el guión maltrata tanto a la historia (inexistente) como a los personajes (planos, vacíos y sin evolución alguna) me comprometo a hacer algo mejor si alguien me presta el presupuesto utilizado para Immortals. Porque con todos estos medios, es imposible llevar a cabo algo tan aburrido.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Crítica de Misión Imposible 4: Protocolo fantasma (Brad Bird) con Tom Cruise


Valoración: Interesante

Para leer la crítica, pinchad aquí

Siento haberos tenido abandonados todo este tiempo. La verdad es que entre cambios en mi situación laboral y una serie de asuntos personales que no vienen al caso, digamos que he andado muy ocupado. Intento dejar las críticas en la página en la que colaboro y a la que siempre os remito con el enlace correspondiente (Suite 101) pero ni siquiera ahí estoy llegando a tiempo, ya que hay una serie de películas que he visto, pero que no he tenido tiempo de comentar.

Conforme me vaya poniendo al día, iré añadiendo enlaces en el apartado "películas analizadas por orden alfabético" (arriba a la derecha, debajo de "página principal"). Aunque será un proceso lento. Pero algún día lo conseguiré.

Bueno, al lío. Me ha parecido oportuno retomar mis actividades bloggeras con Misión Imposible IV: Protocolo Fantasma. Entré anoche muy ilusionado al cine, ya que siempre me han cautivado las locas peripecias de Tom Cruise en la piel del "superagente" Ethan Hunt. Sin embargo, salí un tanto decepcionado. Intentaré explicarme.

Todo lo relacionado con secuencias de acción es, cómo decirlo, de un grado superlativo. Brad Bird, a quien siempre tendré en alta estima por Los increíbles (quizá no sea muy popular por esto, pero para mí es la mejor película de animación de la historia) ha demostrado en ésta, su primera película de imágenes reales, que tiene un gran talento para el cine de acción.

Los que alguna vez hayáis leído mis comentarios, sabréis que mantengo una cruzada contra el estilo que se ha impuesto, en los últimos años, en el género, con predominio de movimientos alocados y mareantes de cámara y abuso de primeros planos. Bird no hace nada de eso, de forma que el espectador puede seguir fácilmente el transcurso de la acción.

Pero llevar a cabo la filmación de esta manera requiere tener un completo dominio de la escena, ya que en muchos casos, el recurso anteriormente comentado de primeros planos y tal, simplemente se utiliza para tapar las carencias del director de turno.

Así pues, la factura visual de la película es toda una "delicatessen". Sobresaliente para Brad Bird en filmación de complicadas coreografías de acción, efectos especiales, variedad de planos y puesta en escena. Sin embargo el desarrollo de la historia ya es otro cantar.

La película resulta entretenida y cómica. Como el cine va por gustos, seguramente muchos habrán quedado encantados con un filme en el que ves "mamporros a mansalva" y no paras de reírte. Sin embargo yo no fui a ver eso. Ya me imaginaba que no iba a reencontrarme con el cine de Brian de Palma (la primera sigue siendo la mejor de largo) pero sí esperaba algo en la línea de Misión Imposible III (la de J.J. Abrams, productor en Protocolo Fantasma).

Desafortunadamente para mí (repito, esto del cine son gustos y subjetividades) conforme avanzaba el metraje descubrí que la tensión o el posible suspense se iban diluyendo en favor de una sucesión de momentos cómicos, muy en la línea de Simon Pegg. Me he reído mucho con Pegg en Zombies Party o en Paul, por ejemplo, pero se suponía que Misión Imposible IV era un thriller de acción, un relato serio de espías y no uno de los nuevos subgéneros de moda: una comedia de acción, sólo que sin el toque romántico (aunque algo de eso hay).

No es que Protocolo Fantasma sea Noche y día (película, por cierto, en la que me reí a mares, pero claro, ahí sí fui a ver comedia) ni Johnny English. Existen momentos muy buenos de acción y algún que otro suceso dramático, sin embargo, ambos se combinan en demasía con situaciones que se acercan, peligrosamente, a la parodia.

Así pues, luces y sombras en esta cuarta parte. Quizá me marcó mucho el filme de de Palma, pero no creo que sea eso, ya que la tercera parte, por ejemplo, me mantuvo en vilo. ¿Qué prepararán para la quinta si es que la hay? (eso lo decidirá la taquilla). Ya veremos.

Y a vosotros, ¿qué os ha parecido?