miércoles, 22 de agosto de 2012

Tony Scott nos ha dejado


Para leer la filmografía completa de Tony Scott pinchad aquí

Siempre que me preguntan quién es mi director de cine favorito, la respuesta es rápida y fulminante: Steven Spielberg. Sólo por el hecho de dirigir Indiana Jones (aunque todos sabemos la magnitud de toda su obra) merece por mi parte todo tipo de reconocimientos.

Cuando hablo de directores siempre me muevo entre Spielberg, Clint Eastwood y James Cameron, como principales referentes. Pero es curioso, porque todos ellos tienen algunas películas que me parecen malísimas, o que no termino de cogerles el aire.

Por ello, siempre que intento defender a alguien que no ha llevado a cabo un buen trabajo en la gran pantalla, suelo emplear la siguiente frase: "hasta Clint Eastwood ha hecho malas películas".

Sin embargo, cuando pienso en Tony Scott, director al que idolatro por filmar mi película favorita de todos los tiempos (El último boy scout), resulta que no encuentro película alguna dentro de su filmografía que no me haya gustado.

Todos conocemos Top Gun, desde luego, pero Tony Scott es mucho más que eso. De hecho, disfruto tanto con sus películas que suelo referirme a Ridley Scott (sí, el de Alien) como "el hermano de Tony".

Su peor película podría ser Días de trueno. Al menos para él era su peor película. Pues bien, incluso viendo ese filme, con Tom Cruise cambiando de marchas a velocidad de vértigo (sí, eso que muchos pensaban que se habían inventado en la saga Fast & Furious) y siendo víctima de las bromas del siempre genial Robert Duvall, he de reconocer que me lo paso pipa.

Su filmografía comprende, desde El ansia hasta Imparable, dieciséis películas. Puede parecer un número no demasiado grande, pero ¿os imagináis un director del que os gusten dieciséis películas?. Alguien que no te defrauda en el 100% de su filmografía es porque se mantiene fiel a unos principios durante toda su carrera y eso es de agradecer. Es algo que no puedo decir de mis tres vacas sagradas (Spielberg, Eastwood, Cameron), así que es como para tenerlo en cuenta.

Y, ¿cual era su espíritu? Muy sencillo: el cine es un vehículo de entretenimiento. Nunca me he aburrido con una película de Tony Scott (sí lo he hecho con su hermano Ridley, como por ejemplo en su último trabajo, Prometheus). Cuando veía un tráiler en el cine que comenzaba con la frase "del director Tony Scott", siempre se me erizaba el vello, sabedor de que dentro de nada, iba a volver a disfrutar de cine sin ataduras, sin convencionalismos y sin miedo a explotar todo lo que el género de acción puede ofrecer.

Todavía estoy consternado por su pérdida. Mucho se ha especulado, dado que un suicidio siempre da de qué hablar. Primero se dijo que le habían diagnosticado un tumor cerebral inoperable. Como en 1980 su hermano mayor murió de cáncer, los rumores se dispararon. Pero ahora la familia dice que no, que la salud de Tony era buena. Sin embargo, tras dejar una nota de suicidio en su despacho y una serie de teléfonos a los que llamar en su coche, escaló un puente en Los Angeles y se precipitó al vacío. De momento nadie puede decir a ciencia cierta cuales fueron las causas que le llevaron al fatal desenlace.

Puede que esto se convierta en otro de esos misterios de Hollywood que tanto gusta alimentar en Estados Unidos. Por mi parte, prefiero recordar su faceta de cineasta. Me ha hecho disfrutar mucho con sus películas y lo seguirá haciendo, ya que gran parte de ellas están en mi filmoteca y soy una de esas personas a quienes gusta revisar los clásicos (y los no tan clásicos también).

Cuánto vamos a extrañar a Tony cuando veamos malas películas de cine de acción, algo desafortunadamente demasiado habitual desde que empezó el nuevo milenio. D.E.P.