jueves, 29 de abril de 2010

En tierra hostil


Valoración: Regular

Ya llevamos varios años en que los Oscar están en entredicho. Pero tras comprobar que Gran Torino, una de las mejores películas de la década, no entró de pleno en ninguna de las últimas dos ediciones (la fecha de su estreno no dejó claro si pertenecía a la ceremonía de 2009 o a la de 2010) un hecho ha quedado fuera de toda duda: estos premios sólo sirven a intereses comerciales y no representan, de ninguna manera, al buen cine. De hecho los Globos de Oro siguen siendo la gran referencia; no en vano premiaron a Avatar, la mejor película del año.

No voy a comparar En tierra hostil, injusta ganadora de las estatuillas a mejor película y dirección, con algo del calado de Avatar. Tampoco lo haré con las grandes películas bélicas de los últimos años, como la fantástica Black Hawk derribado de Ridley Scott. ¿Por qué? Porque este film de Kathryn Bigelow no aguanta comparaciones ni siquiera con Green Zone (aquella película que parecía una continuación del ya mítico Jason Bourne).

Kathryn Bigelow es una directora de talento. Seguro que todos recordáis Le llaman Bodhi, protagonizada por el difunto Patrick Swayze. Personalmente, mi favorita de toda su filmografía es Días extraños. El caso es que Bigelow cuenta con capacidad para un buen manejo de cámara, además de saber armar bastante bien las secuencias y cuidar con esmero la puesta en escena (parece que aprendió mucho mientras estuvo casada con James Cameron). Todas esas facultades las podemos ver en En tierra hostil, pero ¿qué pasa con el guión?, ¿dónde está el interés por la trama? No estamos ante una película, ya que simplemente es un documental sobre unos tipos que desactivan bombas en Irak. Nada más. Así que, una vez vistos los primeros minutos, comprobar cómo el libreto va repitiendo una y otra vez la misma situación, termina por aburrir de forma soberana.

En cuanto al elenco, hay un asunto que me trae de cabeza: ¿cómo es posible contar con Ralph Fiennes, uno de los mejores intérpretes del planeta y relegarlo a un rol semejante al de un cameo largo? ¿Acaso no es más efectiva la capacidad de un buen actor para transmitir tensión que un par de inesperadas explosiones? En el mundo del deporte profesional, si un entrenador deja en el banquillo a su mejor exponente, se puede llegar a montar un auténtico escándalo. Aquí debería pasar lo mismo. De hecho, desperdiciar así a este genial actor británico es motivo más que suficiente como para otorgar un suspenso a esta producción. En su lugar debemos soportar a un tipo sin ningún carisma ni expresividad como Anthony Mackie (La conspiración del pánico) y la irreal y chulesca interpretación de un desactivador de bombas que lleva a cabo Jeremy Renner (El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford). Después aparece brevemente Evangeline Lilly y uno se pregunta, ¿será para atraer al nutrido grupo de fieles de Perdidos? No sería de extrañar en los tiempos que corren.

En resumidas cuentas, podríamos decir que En tierra hostil es una película muy bien realizada en estilo documental, perfectamente montada, con todos los aspectos visuales cuidados al detalle, pero mediocremente interpretada y con un problema todavía mayor: Bigelow necesita más de dos horas para contar algo que no debería exceder los veinte minutos. Así las cosas, uno recuerda los apenas cinco minutos que necesitó su ex-marido para narrar el futuro apocalíptico que esperaba a la humanidad en Terminator 2 y termina de evidenciar las graves carencias en el relato de un film que, de no ser por la pésima Distrito 9, sería, de largo, la película más sobrevalorada del año.

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