miércoles, 29 de septiembre de 2010

Revólver

Valoración: Floja

Revólver fue una de esas películas que se estrenaron el año pasado en España, con mucho retraso con respecto a otros países. Si El gran Stan (estrenada en fechas similares) llegó con un par de años, Revólver lo hizo con casi cuatro y eso que es de nacionalidad británica, vamos, que no ha tenido que cruzar el charco. Pero no es la única similitud entre ambas, ya que el absurdo es una constante en los dos argumentos.

A principios de 2009, era el segundo film en cartel, en España, de su director, Guy Ritchie (Rock'n Rolla) y también el segundo de su protagonista, Jason Staham (Transporter 3), además de significar la tercera colaboración entre ambos (Lock & Stock y Snatch). Ya veremos si vuelven a coincidir, porque Revólver es un film extraño con demasiadas incógnitas sin resolver en su guión, hasta el punto de que puede llegar a convertirse en un auténtico dolor de cabeza para el espectador.

De hecho, ni siquiera los fans de Statham disfrutarán con él, ya que no se explota ninguna de las facetas del intérprete como los chascarrillos o las fantásticas secuencias de lucha que suele protagonizar en otros films.

En fin, una de esas películas que podemos calificar de "mala" sin ningún rubor, que pone en evidencia tanto a su director como a su protagonista, ya que si bien ambos no son proclives a dejar ninguna huella en el séptimo arte, al menos sus películas solían ser amenas y divertidas.

Asesinato justo


Valoración: Floja

Hace tiempo que el director de Tomates verdes fritos y The war, Jon Avnet, no sabe lo que es filmar una buena película. Si ya nos quedamos algo frustrados con 88 minutos, este reencuentro de Robert De Niro y Al Pacino nos ha terminado de dejar fríos del todo.

Al hablar de estos dos grandes intérpretes es inevitable que a uno le venga a la memoria Heat, una película magnífica en la que tuvieron que utilizar a dobles constantemente ya que De Niro y Pacino no se hablaban. La película tuvo tal éxito que Avnet debió de pensar que, ahora que ya se llevan bien, un film protagonizado por ambos sería la bomba. Pero claro, si el guión no da más de sí, no hay nada que hacer.

Russell Gewirtz fue el encargado de escribir dicho guión. Su anterior trabajo, Plan oculto, generaba ciertas expectativas favorables, pero el decepcionante resultado final da la impresión de que Gewirtz ha visto tantas veces Harry el fuerte que ha decidido hacer una parodia de la misma, con ciertas trampas en el argumento que terminarán por mosquear al respetable.

Es una lástima contar con un reparto como éste y no dar la oportunidad necesaria a los personajes para desarrollar una buena trama policial. Además de los dos protagonistas, Carla Gugino, John Leguizamo y Brian Dennehy completan un elenco muy atractivo, pero increíblemente desaprovechado.

Además, llega un momento en que De Niro y Pacino parecen comprender que se han embarcado en un proyecto sin futuro y se extralimitan, dedicándose únicamente a tratar de quedar por encima en cada secuencia con una serie de sobreactuaciones que, francamente, no habla muy bien de ellos, sobre todo porque hace tiempo que ambos han bajado el listón interpretativo al que nos tenían acostumbrados.

Se mire por donde se mire, una pena.

Cazadores de sangre


Valoración: Mala

Hace poco un amigo me comentó que mi atracción por el mundo vampírico quizá fuera excesiva. No es que me vaya el estilo gótico ni nada de eso (aunque no tengo nada en contra) pero ciertamente me trago todo lo que tenga que ver con los "hominis nocturna" (así los definió Abraham Whistler en Blade) bien sea novelas (tengo la colección completa de Anne Rice) series de televisión o películas.

El caso es que desde pequeño me han fascinado las historias de vampiros, lo cual tiene un hándicap importante: como las veo todas, en ocasiones tengo que tragarme bodrios insufribles como Cazadores de sangre, película sacada directamente a vídeo en la que, curiosamente, otro mito se viene abajo: Steven Seagal.

No es que el bueno de Steven haya sido nunca referencia de ningún tipo en el mundo de la interpretación, pero al menos daba gusto verle romper huesos en películas como Alerta Máxima o Buscando justicia. La edad no pasa en balde y, al igual que le sucede a Chuck Norris en Walker Texas Ranger, su movilidad ha quedado reducida de tal manera que parece una caricatura de lo que una vez fue.

Habréis observado que llevo tres párrafos sin hablar de la película. Eso es porque no hay nada que contar. Se trata de la primera y única película de Richard Crudo (director de fotografía de American Pie). Imagino que el señor Crudo es un fanático de Blade y Resident Evil ya que este lamentable film se puede resumir de la siguiente manera: Un grupo de cazadores ataviados con ropa y armas muy similares a las que lucía Wesley Snipes cuando encarnaba al famoso "vampiro cazavampiros que ha visto el sol", tienen como misión exterminar a un montón de seres convertidos en zombies por culpa de un virus, o lo que es lo mismo, la imaginación al poder.

Teniendo en cuenta que al final el relato ni siquiera era de vampiros (importante mentira por parte de los publicistas de turno, ya que incluso en los créditos finales los caracteres aparecen como zombies), sólo me queda por recomendar, a los espectadores potenciales, que os ahorréis este despojo. Creedme, es consejo de amigo.

El sexto día

Valoración: Buena

Un buen día, un hombre llega a su casa tras una dura jornada de trabajo y descubre que un clon lo ha sustituido en su vida. Como este hombre es Arnold Schwarzenegger, la cosa no puede quedar así.

Éste es el argumento de El sexto día, un entretenido film de ciencia ficción dirigido por el canadiense Roger Spottiswoode, realizador que tanto nos aburrió en Los niños de Huang Shi o en la flojita El mañana nunca muere, perteneciente a la saga Bond.

Afortunadamente este film es, posiblemente, el mejor de toda su filmografía ya que supone una hábil mezcla de acción, ciencia ficción y humor que le viene como anillo al dedo al bueno de Arnold, en una de sus últimas películas, apareciendo por partida doble (lo cual tiene su gracia).

El guión mantiene el interés del espectador, mostrando una perversa trama de clonación ilegal, con implicaciones políticas, que puede llegar a convertirse en un auténtico peligro para la vida humana, dado el afán por dominar el mundo que muestra el villano de la función, Tony Goldwyn (Ghost), muy al estilo 007.

El reparto lo completan el genial Robert Duvall, el solvente Michael Rooker y la atractiva Sarah Wynter (24, segunda y tercera temporadas) lo que confiere a la obra un pequeño toque de calidad que beneficia mucho a todo el relato.

Y es que un film de acción con el polémico asunto de la clonación (en el año 2000 en boca de todos) bien interpretado, con buenos efectos especiales y el fornido Schwarzenegger haciendo lo que más le gusta, es éxito seguro. Por mi parte, la disfruté muchísimo así que, si bien no es Terminator 2 (ni se le acerca), no me defraudó en modo alguno.

Batalla en Seattle


Valoración: Floja

Batalla en Seattle
es, hasta la fecha, la única película que ha escrito y dirigido Stuart Townsend, el torpe actor que intentó, sin ningún éxito, meterse en la piel del mítico vampiro Lestat en la lamentable La reina de los condenados (todo un insulto a los fans de Anne Rice).

Cinematográficamente hablando, este film no da para mucho. Muchas de las imágenes están sacadas de archivo, mientras que en las otras, Townsend demuestra no tener ningún dominio de la cámara, demostrando su escaso virtuosismo a la hora de reflejar una batalla callejera, algo que ofrece múltiples posibilidades visuales, siempre y cuando, claro, poseas talento para la realización (que no es el caso).

Sobre el argumento, Townsend se muestra excesivamente partidista y nada objetivo. Es cierto que muchas multinacionales sólo piensan en enriquecerse y también es real el peligro que se cierne sobre nuestro planeta si se siguen explotando todos los recursos sin control. Pero el desconocimiento del director acerca de la Organización Mundial del Comercio, el GATT y el Fondo Monetario Internacional es tal, que asustaría a cualquier estudiante de segundo curso de economía (que es cuando se empiezan a estudiar materias relacionadas con el crecimiento económico).

Lo mejor del film es su reparto, plagado de estrellas. A Charlize Theron la conseguiría porque eran pareja (actualmente ya no están juntos) y al resto quizá los convenció argumentando que iba a llevar a cabo una denuncia social. Si no, no se explica que un film menor como éste disponga de Woody Harrelson, Ray Liotta, Connie Nielsen o Michelle Rodriguez.

En definitiva, película en clave de documental, que sobrevive únicamente al tratar un asunto muy polémico en nuestros días y que denota una total falta de talento al no saber aprovechar todo lo que ofrecía su magnífico elenco de actores. O lo que es lo mismo: un querer y no poder, aprovechándose de una tragedia real. ¿No era eso lo que usted trataba de denunciar, señor Townsend? ¡Cuánta hipocresía!

lunes, 27 de septiembre de 2010

El gran Vázquez

Valoración: Interesante

Óscar Aibar (La máquina de bailar, Platillos volantes) lleva al cine la vida de Manuel Vázquez, genial dibujante de Anacleto agente secreto, Las hermanas Gilda, La familia Cebolleta o El tío Vázquez (autoparodia de sí mismo) en El gran Vázquez, un biopic en clave de tragicomedia, que trata de ser un homenaje tanto de su obra, como del resto de autores de la denominada Generación del 57 de la Escuela Bruguera, como Ibáñez (Mortadelo y Filemón), Figueras (Topolino), Nadal (Pascual, criado leal), Gin (editor y director de El jueves), Raf (Sir Tim O'Theo), Segura (Rigoberto Picaporte) o Martz Schmidt (El doctor Cataplasma).

La vida de Vázquez fue un tanto paradójica. Por un lado era un brillante creador de historietas cómicas y, por otro, un caradura de armas tomar. El guión del propio Aibar nos cuenta su vida como si de una historieta más se tratara, ya que la conseguida y colorista estética, parece reflejar las aventuras de los distintos personajes creados por los autores citados en el primer párrafo.

Ya que estamos con el apartado técnico, decir que la atmósfera franquista generada en las oficinas de Bruguera es tan real, que a uno le entra claustrofobia, intuyendo aquí una crítica al maltrato de dicha editorial en contra de sus empleados, aunque en este asunto el libreto no profundiza demasiado.

El centro de la película es Santiago Segura y he de reconocer que sabe estar a la altura de un personaje tan contradictorio. Afortunadamente se sale de los excesos de Torrente y trata de mostrar a Vázquez en todas sus facetas. Moroso, timador, caradura, polígamo... Mientras la película se toma a risa estas "cualidades" tan poco recomendables, el devenir de los minutos resulta bastante entretenido, con momentos humorísticos de calidad, propios de las viñetas de Vázquez. El problema es que la parte dramática (a la que afortunadamente no destinan demasiado metraje) decae bastante.

Del resto del reparto destacar a Álex Angulo como verdadero contrapunto del protagonista (un tipo que poseía lo que en aquella época se denominaba altura moral), Enrique Villén en el rol de jefe de Vázquez (muy duro de fachada pero con un gran corazón) y las esporádicas intervenciones de algunos de los miembros de La hora Chanante. Quizá lo peor en este apartado es Mercè Llorens, en el papel de una de sus esposas, desaprovechando muchas de las posibilidades de su personaje.

En definitiva, una película a la que pondré la etiqueta de "mejor de lo esperado" ya que ha superado gratamente mis expectativas, que no eran otras que una grotesca y excesiva caricatura "made in Segura". A ratos divertida, a ratos emotiva y en ocasiones triste, me parece un acertado homenaje a Manuel Vázquez Gallego y una oportunidad para que, los más jóvenes, puedan revisar sus comics, algo que realmente merece la pena.

martes, 21 de septiembre de 2010

El guardaespaldas


Valoración: Buena

Mick Jackson
(Volcano) dirigió en 1992 esta exitosa película, vilipendiada de mala manera por la crítica del momento (y posteriores). ¿Envidia? Me parece que sí. Constantemente vemos producciones que gustan y gustan sin parar (a las cifras de venta de entradas me remito) las cuales son denostadas ampliamente por un grupo de sujetos que se ganan la vida yendo al cine gratis, para despotricar después sin parar sobre lo que han visto. Hace falta ser desagradecidos a la par que prepotentes, pues pretender que millones de espectadores estemos equivocados mientras que sólo unos poquitos han visto la luz, me parece un ejercicio de futilidad

Centrándonos en la película, lo cierto es que es una historia que funciona bastante bien. No en vano, el guión está escrito por Lawrence Kasdan (El imperio contraataca, Indiana Jones, Silverado...) y eso se nota, ¿o acaso la trama de la película no engancha? Ya lo creo que sí. Por un lado tenemos a un formidable exagente del servicio secreto y por otro una estrella malcriada que no es consciente del lío en que está metida. La relación entre ambos, como es de esperar, resultará explosiva y Kasdan sabe aprovechar muy bien este material para que el espectador se mantenga, en todo momento, entretenido.

Sé que de un tiempo a esta parte meterse con Kevin Costner es una costumbre, independientemente de cómo resulte su interpretación. Lo cierto es que en esta película está perfecto, ya que sabe cuando ponerse chulo, cuando duro y cuando tierno, pese a quien pese. Whitney Houston también está magnífica, soberbia tanto en sus canciones como encarnando a la exitosa e insoportable artista cuya vida pende de un hilo.

La trama está muy bien llevada ya que no sólo cuenta con la relación de amor-odio entre el guardaespaldas y su cliente, sino que hay de por medio una investigación criminal para intentar atrapar al asesino, ceremonias de premios, conciertos y ciertos aspectos sobre la vida de los famosos sobre los que no solemos pararnos a pensar.

Así pues, El guardaespaldas es una película que cuenta con una buena puesta en escena, un alto ritmo narrativo, buenas interpretaciones, intriga, amor, humor y acción. Una película que aúne dichas características y que resulte altamente entretenida, ¿es mala? Por supuesto que no, pero muchas veces, a los supuestos entendidos en cine les da lo que yo denomino "ataques de crítico". El caso es que la he visto tres o cuatro veces desde que se estrenó en cine y no tengo ningún problema en recomendarla. Seguro que no os aburrís.

La trampa


Valoración: Buena

En 1999 Jon Amiel (Copycat, Sommersby) dirigió esta entretenidísima película de ladrones, que tuvo como escenario de buena parte del metraje las imponentes Torres Petronas de Kuala Lumpur.

El guión de Ronald Bass (La boda de mi mejor amigo) nos sumerge en un relato protagonizado por dos astutos ladrones, perfectamente encarnados por un formidable y carismático Sean Connery y una sensual, atractiva y voluptuosa Catherine Zeta-Jones. Ambos actores funcionan muy bien en pantalla, de forma que, conforme va avanzando la aventura, lograrán enganchar al espectador en todo momento.

Como suele ser inherente a este tipo de films, existen varios giros inesperados en la trama, ritmo ágil en la narración y ciertos momentos de acción más o menos bien conseguidos, lo que unido a las buenas interpretaciones de todo el elenco de actores, deviene finalmente en una amena película, que si bien no llega a ser referencia del género de ladrones, sí que resulta bastante agradable de ver.

domingo, 19 de septiembre de 2010

El bueno, el feo y el malo


Valoración: Notable

Sergio Leone quiso contar su visión particular de la Guerra de Secesión norteamericana, poniendo colofón a la famosa Trilogía del dólar con la mejor película de las tres, El bueno, el feo y el malo.

Clint Eastwood vuelve a ser el protagonista, con un personaje que parece calcado a los de las anteriores películas: frío, misterioso, duro y sin escrúpulo alguno, moviéndose sin ningún tipo de problema moral entre la fina línea que separa el bien del mal, sin terminar de definirse claramente. Lee Van Cleef repite tras La muerte tenía un precio, sólo que esta vez no será el compañero de fatigas de Eastwood, sino que encarnará a un malvado asesino profesional, codicioso y desalmado. El compañero de fechorías de Eastwood es aquí el mítico Eli Wallach, que logró lucirse con un personaje ruín y despreciable, capaz de cualquier cosa por dinero.

Y es que el dólar es el auténtico protagonista de esta historia, con ciertas reminiscencias al mundo de la piratería. Un tesoro oculto será el leit motiv de los tres protagonistas durante todo el metraje, de forma que podremos ver lo mejor y lo peor de cada uno de ellos, con la virtud de que el excelente guión de Leone convierte dichas andanzas en un entretenimiento de primera magnitud.

Vuelven la impactante banda sonora de Morricone, los largos e interminables planos previos a los duelos a pistola, los decorados extremadamente secos y áridos y el desmedido gusto por la violencia del que hace gala, en todo momento, su director.

En definitiva, una auténtica joya del Spaguetthi Western, que por razones de censura se vio cortada en una media hora cuando fue estrenada en nuestro país. Actualmente hay ediciones en DVD extendidas, pero sin llegar al 100% del metraje original. ¿Por qué? Quién sabe.

La muerte tenía un precio


Valoración: Buena

Tras el éxito cosechado con Por un puñado de dólares, Sergio Leone dispuso de un mayor presupuesto para su siguiente Spaghetti Western, que en España fue titulado como La muerte tenía un precio. Leone aprovechó el dinero extra y creó un film de mayor calado que el anterior (conviene explicar que no es una secuela propiamente dicha, pero con el tiempo se denominó Trilogía del dólar a Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo).

Ahora no hay un único protagonista. Con un magnífico guión, Leone presenta de forma paralela las distintas habilidades de los dos actores principales: Clint Eastwood, que interpreta un personaje muy similar a Joe de Por un puñado de dólares, un personaje completamente amoral, que no repara en violencia mientras obtenga el dinero que vale cada malhechor que captura, mientras que Lee Van Cleef, que alcanzó fama mundial con este personaje, es alguien que se mueve por venganza, con métodos de caza muy diferentes. Ambos personajes acabarán uniendo fuerzas para intentar dar captura al villano de la función, que vuelve a recaer en la figura del gran actor Gian Maria Volonté, un ser vil y despiadado que, además, tiene un serio problema con las drogas.

Una vez más, Ennio Morricone pone la salsa con su impactante banda sonora. Se puede decir que su música forma parte del guión, ya que resulta evocadora de tiempos mejores en ciertos momentos del film, así como la forma que tiene de dar la pauta en los duelos a pistola, de los que uno en particular, que tiene que ver con los tres protagonistas de la película, pasará a los anales de la historia por su imponente puesta en escena y por el clímax de tensión que alcanza.

La muerte tenía un precio sirvió a Clint Eastwood para ir consolidando su fama de tipo duro con un halo de misterio, que tanto éxito le dio en sus posteriores films y que tanto trataron de imitar otros, fracasando estrepitosamente y haciendo que aquellos críticos que tanto denostaron en su día al estelar Eastwood, reparasen en que este tipo de roles no son, en absoluto, fáciles de llevar a cabo.

Por un puñado de dólares


Valoración: Buena

Sergio Leone, considerado como el padre del Spaguetthi Western (cosa que a él le molestaba en demasía, por cierto) dirigió Por un puñado de dólares, la primera de tres películas conocidas como La trilogía del dólar.

Leone consiguió romper moldes con respecto a un género, hasta entonces, típicamente americano, con un actor principal que rompe los esquemas en cuanto al típico protagonista, ya que nunca termina de definirse como héroe o villano. Es aquí donde toca hablar del inimitable Clint Eastwood, que comenzó a forjar su leyenda en este tipo de films, interpretando un tipo de personaje inolvidable: sereno, misterioso y tremendamente duro.

En el film se puede observar el gusto de Leone por la violencia, la cual es excesiva para la época en la que fue rodada. También queda patente su adicción a los paisajes extremadamente secos y áridos, así como los largos y casi eternos primeros planos en los momentos previos a la acción, aderezados con la ya mítica banda sonora de Ennio Morricone.

Leone empezó a hacer historia en el cine con este remake de Yojimbo de Akira Kurosawa, en el que, además, supo mostrar su admiración por uno de los mitos del western: John Ford. No es que Por un puñado de dólares sea la mejor película del oeste jamás realizada, ni mucho menos, pero siempre será recordada por el inicio de la leyenda Eastwood.

sábado, 18 de septiembre de 2010

El americano


Valoración: Floja

El holandés Anton Corbijn (Control) dirige El americano, adaptación cinematográfica de A very private gentleman, novela de Martin Booth, un versátil escritor inglés, educado en Hong-Kong, autor de obras tan diferentes como Papper Penies (poesía), Hiroshima Joe (sobre la Segunda Guerra Mundial), Adrift in the Ocean (ciencia ficción), Coyote Moon (sobre el mundo del oeste) o la biografía de Sir Arthur Conan Doyle (el célebre creador de Sherlock Holmes). Desgraciadamente un cáncer acabó con su vida en 2004.

Corbijn, desde luego, no ha hecho ningún homenaje a Booth, ya que El americano es una aburrida y mediocre película que, desde luego, no hace justicia a la novela original. Sin entrar en comparaciones (no aguanta ninguna) y centrándonos en el film en sí, se podría decir que Corbijn y su guionista, Rowan Joffe (28 días después) han logrado, sin pretenderlo, una parodia, tanto del libro de Booth, como de otra novela, Chacal de Frederick Forsyth, así como de su visión acerca de Italia, la cual han retratado como si de norteamericanos se tratase (es decir, sin ningún rigor). Pero vayamos por partes.

Una película que se vende como un thriller, debe tener un ritmo ágil y además narrar alguna trama en clave de suspense. Sin embargo, éste es uno de los relatos más monótonos y soporíferos que he visto en todo el año. Uno sólo sale de su hastío de vez en cuando, coincidiendo con los generosos planos de la esbelta desnudez de la bella y morbosa Violante Placido, lo único interesante de esta producción. El resto podría resumirse como George Clooney tomando "café americano" en lugar de su habitual "nespresso", mientras escucha Tu vuò fa' La americano de Carosone, en un bar cutre en el que están emitiendo Hasta que llegó su hora de Sergio Leone.

El libreto no tiene mucho sentido. Clooney representa a un imperturbable asesino a sueldo (tanto que la película debería haberse llamado El americano impasible, dada su rigidez facial durante todo el metraje) que trata de pasar desapercibido, tras una última misión que no ha salido del todo bien (o eso asumimos, porque el guión no es muy claro al respecto). Para ello no se le ocurre otra cosa que ocultarse en un diminuto pueblo, de lo que podríamos calificar como "la Italia profunda", un lugar de esos en los que el progreso parece no haber llegado y en el cual todo el mundo se conoce. ¿Creéis que nadie se fijaría en la visita de un extranjero con aire sofisticado? Una vez allí le encargan la misión de fabricar un arma muy especial, situación que parece, como he adelantado antes, una copia descarada de Chacal.

Además de resolver mal ciertas situaciones (ver zona spoiler) el relato es previsible hasta decir basta. Incluso nos adelantan pistas excesivamente obvias, para que todos sepamos qué es lo que nos espera. Diría que es un fracaso total como thriller, pero al final nos damos cuenta de que todo ha sido una estafa, ya que no estamos ante una película de acción y suspense, sino ante uno de esos dramones insoportables propios de la sobremesa televisiva.

Formalmente la película está bien cuidada. Se nota que Corbijn ha dirigido video-clips de U2, Metallica o Depeche Mode, así como spots publicitarios. Fotografía, paisajes, localizaciones... Todo eso está muy bien. Incluso se atreven a introducir algo de simbología en forma de una mariposa. ¿Por qué no emplear el mismo esfuerzo en el fondo que en la forma? Un buen estilo visual jamás podrá reemplazar a una buena historia.

Zona Spoiler: No leer si no se ha visto la película.

Hay dos fallos de guión bastante evidentes. El primero versa sobre la relación entre el personaje de Clooney y su jefe (el tipo que le ordena las misiones). Parece claro que se conocen desde hace tiempo, sin embargo nunca llegamos a saber por qué su jefe lo traiciona. Suponemos que tiene algo que ver con lo ocurrido al principio de la película, pero nada más. De forma torpe el argumento nos muestra al jefe, como el villano, en el momento en que Clooney decide dejar su profesión. Sin embargo no tiene sentido que ésta sea la causa ya que, desde mucho antes, el protagonista es acechado por sicarios. Teniendo en cuenta que sólo él y su jefe saben dónde está, queda claro que la razón es anterior a su decisión de cambiar de vida. Y esto queda sin explicar.

El otro error podría ser más perdonable. La asesina contratada para acabar con la vida de Clooney sabe que éste asistiría a una procesión, así que se ubica en un lugar apartado y lo acecha para acabar con él a distancia. Cómo se ha enterado de que nuestro asesino americano tenía una cita allí, es un completo misterio.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Cometieron dos errores


Valoración: Interesante

Primera película producida por Malpaso, la productora de Clint Eastwood, protagonista de este film. Ted Post, director de 24 episodios de la serie Rawhide (también protagonizada por Eastwood) fue el elegido para este primer proyecto, en sustitución de Sergio Leone, que no pudo acometer las labores de dirección por encontrarse dirigiendo el que posiblemente haya sido su mejor western: Hasta que llegó su hora.

Se trata de un relato de venganzas en el que el protagonista es dado por muerto tras ser linchado por error, para después convertirse en una mezcla entre sheriff y cazarrecompensas (evidente reminiscencia con la Trilogía del dólar) con el propósito de encontrar a quienes le produjeron tal daño.

Eastwood continúa con su papel de duro, aunque no es aquel individuo amoral de los films de Leone, comenzando a sentir el respeto por la ley, que sería uno de sus santo y seña en la saga de Harry el sucio. Y no sólo eso: Eastwood comienza a destilar elegancia en sus formas, tanto a caballo como a la hora de conseguir ser el centro de atención cada vez que aparece en pantalla.

Si bien la película tiene sus visos de violencia, ésta no resulta tan explícita como en las películas de Sergio Leone. Aquí el guión hace un pequeño estudio sobre la vida y la muerte bastante conseguido, tanto por el pánico sufrido por quienes van a morir, como por el morbo que experimenta la masa enfervorizada que será testigo de los ahorcamientos de turno.

En resumidas cuentas, una peli de vaqueros bastante entretenida, con clara influencia de Sergio Leone y el principio de lo que terminaría siendo una carrera meteórica para la Malpaso.

jueves, 16 de septiembre de 2010

La jungla humana


Valoración: Interesante

Segunda película de la factoría Malpaso, la cual marcaría un punto de inflexión en la carrera de Clint Eastwood al ponerle en contacto, por primera vez, con Don Siegel, director que más ha influido en su carrera cinematográfica.

Estamos ante un western urbano, en el que un sheriff de pueblo debe viajar hasta Nueva York en busca de un forajido. Allí nuestro protagonista se encontrará con todo tipo de prejuicios hacia la gente del oeste, considerados en la gran manzana como auténticos salvajes. Sin embargo, el personaje de Eastwood sabe sortear todo este asunto con elegancia unas veces, rudeza otras e incluso gracia, con un humor sarcástico que se convertiría en referencia para sus futuros papeles en el cine.

Aquí Eastwood comienza a explotar su figura de galán, encarnando perfectamente el rol de seductor cada vez que la ocasión lo requería para lograr sus fines (muy distinto del tipo de personaje que protagonizó en las películas de Sergio Leone).

Bien secundado por Susan Clark (Webster) y Lee J. Cobb (El exorcista), con la soberbia puesta en escena de Siegel y participando por primera vez de forma activa en el guión, junto con el propio Siegel y Dean Reisner, Eastwood salió airoso con esta entretenida película, mucho más importante para el séptimo arte por marcar una línea en el trabajo de Eastwood, que por lo que el film pueda aportar al género del thriller.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Adèle y el misterio de la momia


Valoración: Interesante

Luc Besson (El quinto elemento, Juana de Arco) revisa los tebeos publicados por Jacques Tardi en los años setenta con Adèle y el misterio de la momia, un film de aventuras de corte fantástico y alto componente infantil, aunque no todas las secuencias estén pensadas en los más pequeños de la casa.

No se puede hablar de una adaptación completamente fiel ya que Besson utiliza diferentes tramas de la obra original, las ordena a su conveniencia y las reproduce a su antojo, para convertirlas en una sola. Los puristas, como suele ser habitual, protestarán, pero en mi opinión el guión definitivo ha quedado bastante bien.

El argumento nos narra la vida de Adéle Blanc-Sec, una intrépida periodista y exploradora, muy bien retratada por la atractiva modelo Louise Bourgoin, que representa perfectamente los arquetipos de una mujer adelantada a su época, en una sociedad dominada por hombres.

La película resulta bastante entretenida, dada la mezcla de géneros como aventuras, fantasía, comedia y algo de drama. Además el ritmo narrativo es muy ágil, ofreciendo quizá demasiada información, la cual, aunque al principio parezca caótica, cuenta con cierta estructura, por lo que no creo que nadie tenga problemas para seguir el devenir de los acontecimientos.

En cuanto a la producción, se nota que han invertido dinero ya que los efectos especiales son visualmente bastante buenos y la ambientación del París de la época perfecta, tanto en vestuarios como en escenarios.

Así pues un film bastante entretenido, con entidad propia (no hace falta ser un conocedor de la obra de Tardi para seguirlo sin problemas), con el que evocaremos La momia de Stephen Sommers y cuyo principal problema es que, en ocasiones, peca de ser excesivamente infantil.

martes, 14 de septiembre de 2010

Resident Evil 4: Ultratumba


Valoración: Floja

Tras delegar las labores de dirección en las partes 2 y 3 de Resident Evil, Paul W.S. Anderson retoma la realización (además de continuar siendo escritor y productor) en Resident Evil 4, la versión en 3D de la saga basada en el célebre vídeo-juego de Capcom.

Si en la primera película de la serie Anderson demostró ser un fanático de James Cameron y su Aliens, ahora se ha decantado por los hermanos Wachowsky y Matrix, porque estamos ante un mal plagio, tan torpe como descarado, de la película en cuestión. Si recordáis el final de Resident Evil 3, Alice jura venganza contra Umbrella, así que este nuevo film comenzará con nuestra heroína y su grupo de clones (situación con muchas posibilidades, pero muy mal explotada) invadiendo el complejo principal de Umbrella, situado en Tokio. Todo el ataque es un calco de la secuencia en que Neo y Trinity atacan un edificio fuertemente custodiado en el que Morfeo está retenido preso. Entre el exceso de efectos bullet time, la mezcla entre jedi y ninja de la protagonista, su vestuario y los movimientos del villano de la función, idénticos a los del Agente Smith, uno tiene la sensación de que le están tomando el pelo.

Y eso sólo en el tramo inicial, porque durante el resto del metraje veremos el mismo lanzamiento de gafas de sol que efectúa Tom Cruise en Misión Imposible 2, recorridos de bala similares a los de Wanted, un salto idéntico al que dio Bruce Willis en La jungla de cristal atado a una manguera, zombis con las mismas bocas que los vampiros mutantes de Blade II, aeronaves de estética muy parecida a las de Terminator, un enorme y malvado zombi armado con un gigantesco martillo que parece sacado de El señor de los anillos e incluso al protagonista de Prison Break, Wentworth Miller, planear una fuga para escapar de una cárcel. ¡Imaginación al poder!, ¿verdad?

¿Qué más podemos decir? Muy poco. Anderson se dedica a cuidar los efectos especiales, aumentar los litros de sangre, reproducir peleas una y mil veces (y no todas están bien coreografiadas), repetir compañera para su esposa (Ali Larter no sólo está "muy buena" sino que atraerá al cine a los fans de Héroes), introducir el mayor número de fantasmadas inverosímiles de la saga hasta el momento, hacer mucho ruido con música estridente... Eso sí, olvidaos de que os cuente historia alguna, porque eso quedó reservado únicamente para el primer film de la serie.

A pesar de las advertencias, seguro que muchos iréis a verla (a mí también me avisaron y fijaos el caso que he hecho), así que, en lugar de acabar insultando a Anderson, terminaré diciéndoos que, por mucho que os lo pida el cuerpo, no salgáis a toda velocidad de la sala de cine con los primeros títulos de crédito, ya que antes de que éstos terminen, hay una pequeña sorpresa en forma de recuperación de un antiguo personaje.

Resident Evil: Degeneración


Valoración: Mala

Un año después de Resident Evil 3, el japonés Makoto Kamiya filmó Resident Evil: Degeneration, un film que si bien no está considerado dentro de la saga de Paul W.S. Anderson, retoma la aventura siete años después de lo que sucedió en Resident Evil 2, tras el bombazo nuclear que barrió Raccoon City, con el que se pretendió erradicar de la faz de la tierra el dichoso virus T.

Pero claro, si la bomba hubiera surtido el efecto deseado, no se podría haber estirado más el producto Resident Evil, así que en esta película de animación nos cuentan un lío sobre una gran empresa farmacéutica, unos terroristas y el propio gobierno de los Estados Unidos, tan aburrido, que uno desconecta casi sin darse cuenta a mitad de metraje.

Podríamos dividir el film en tres partes: una primera en un aeropuerto norteamericano en el que aterriza un avión lleno de zombis, para sorpresa de los pobres viajeros que se encontraban en la sala de espera. Definiremos este tercio inicial de la siguiente manera: un amigo está jugando al célebre juego de Capcom y nosotros miramos cómo lo hace. Y es que no veremos otra cosa que tiros y tiros sin orden ni concierto, en clave de dibujos animados, lo que ayuda todavía más a esa sensación de vídeo-juego.

La parte central del relato es la aburrida trama citada en el segundo párrafo, la cual es excesivamente larga y liosa para lo poco que realmente cuenta.

Por último, el tramo final es la pelea de siempre entre los protagonistas y el monstruo de turno, rodada con dudosa habilidad, más en la línea de productos manga con la estética de Final Fantasy que como versión del arcade en que está basada.

Nada ingeniosa (la única novedad es que no aparece el personaje de Alice), aburrida y prescindible. La animación está lograda, pero no consigue que sus más de noventa minutos dejen de hacérsenos eternos.

Resident Evil 3: Extinción


Valoración: Pasable

Tres años después de la torpe y aburrida Resident Evil 2, Paul W.S. Anderson volvió a la carga con la tercera parte de la saga, que llevaba como título Extinción. Pensamos que con ese nombre sería la última, pero no contábamos con el 3D, carro al que últimamente parece apuntarse todo el mundo, aunque casi nunca con los efectos deseados.

Anderson, entiendo que con buen criterio, buscó un nuevo director para esta tercera parte, la cual volvió a escribir y producir. El elegido en cuestión fue Russell Mulcahy, cuya mejor tarjeta de presentación es Los inmortales, aquel mítico film protagonizado por Christopher Lambert y Sean Connery, que se convirtió en película de culto. El problema es que, investigando un poquito su filmografía, parece ser que lo de Los inmortales fue flor de un día, ya que Mulcahy ha sido responsable de abominaciones como Los inmortales 2, Resurrección o La sombra del faraón.

Teniendo en cuenta esto último, nuestros miedos ante Resident Evil 3 eran más que fundados, sin embargo, si bien no estamos ante una película referencia del género de los zombis, afortunadamente Mulcahy siguió por los derroteros del film original y consiguió una película no demasiado buena, pero altamente entretenida.

El guión de Anderson nos muestra un mundo apocalíptico al más puro estilo Mad Max, en el que los pocos supervivientes que quedan, buscan sin cesar alimento y gasolina para no perecer. Ahora bien, mientras unos se dedican a encomiables tareas de rescate, otros han perdido toda su humanidad sin necesidad de quedar infectados con el virus T.

Entre todo ese caos, volvemos a la eterna lucha entre nuestra heroína y la corporación Umbrella. Alice (Milla Jovovich) ha adquirido poderes, de tal manera que parece un jedi equipado con un montón de armas ninja. Así el espectador podrá disfrutar con espectaculares acciones de lucha y combate llevadas a cabo por la bella protagonista.

Hablando de bellas, al igual que en las dos partes anteriores, aparece un nuevo pivón al lado de mademoiselle Jovovich, aunque en esta ocasión, más que compañera de lucha y fatigas parece un mero ornamento. Nos referimos a la sensual Ali Larter, a quien seguro que muchos reconoceréis por su paso en Héroes.

No es que Mulcahy nos haya ofrecido nada nuevo en el universo Resident Evil pero al menos, cambia el contexto, introduce cierto ritmo aventurero, lleva a cabo algún que otro homenaje (el más claro es el dedicado a Los pájaros de Hitchcock) y, como he dicho al principio, no resulta aburrida.

El pasado viernes se estrenó la cuarta, ¿será la definitiva? Viendo su final, la intención es continuar, así que, según los beneficios obtenidos en taquilla (de momento bastante jugosos) sabremos si hay una quinta o no.

Resident Evil 2: Apocalipsis


Valoración: Mala

Comentando películas como Resident Evil o Alien vs. Predator, he llegado a defender a Paul W.S. Anderson por aquello de que consiguió entretenerme bastante. Sin embargo, esta secuela de Resident Evil, escrita y producida por él mismo, es lamentable. No hay ningún tipo de esfuerzo en hacer atractiva la historia, a excepción, claro está, de volver a incluir a su esposa, la espectacular Milla Jovovich y a otro bellezón como Sienna Guillory (Love Actually, La máquina del tiempo) ataviada al más puro estilo Lara Croft. La segunda parte se hizo para recaudar dinero fácil aprovechando el tirón de la primera y punto. No busquéis consideraciones de otro tipo, porque no las encontraréis.

En esta ocasión, Anderson eligió para la dirección al inexperto Alexander Witt. Cómo sería el resultado que el señor Witt no ha vuelto a dirigir film alguno, regresando a sus labores habituales de cámara, electricidad y ayudante de dirección, de las que nunca debió haber salido.

No es que esperase una película con una gran exposición dramática y una total cohesión narrativa, pero tampoco pensaba que no me iban a contar nada. En el film original la trama era más bien simple, pero existía: una mujer con amnesia parcial despertaba en medio de un caos de violencia y horror, debiendo investigar, junto a un comando especial, el porqué de esa situación, descubriendo las malas y peligrosas artes de Umbrella, la corporación más grande del mundo. Evidentemente no es un argumento que llegue a las cotas de suspense alcanzadas por Alfred Hitchcock, pero resultaba entretenido. Sin embargo esta secuela se limita a un aburrido y repetitivo pim-pam-pum, en el que los enemigos cada vez son más difíciles de matar, como si de diferentes niveles de un arcade se tratara.

Poco más se puede decir de esta insustancial continuación, de desarrollo ilógico y nulo contenido. Sólo hay disparos, vísceras y mucho ruido. Para eso, prefiero jugar al vídeo-juego. Al menos lo disfrutaré en primera persona.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Resident Evil


Valoración: Interesante

En 2002, Paul W.S. Anderson (Alien vs. Predator, Horizonte final) escribió, dirigió y produjo Resident Evil, una película ambientada en la exitosa saga de vídeo-juegos del mismo nombre.

De entrada uno tenía sus miedos ya que por obra y gracia de Uwe Boll (Alone in de Dark, House of the dead) parecía que toda película basada en un juego de ordenador tenía que ser, necesariamente, muy mala. Anderson logró cambiarnos ese concepto, ya que si bien Resident Evil no es una gran película, al menos mantiene los preceptos de la mayoría de su filmografía: mucha acción, veloz ritmo narrativo y altas dosis de entretenimiento. Ofrece espectáculo visual, tensión y divertimento, acercándose a la Serie B, pero con buenos efectos especiales. Adolece de una trama trabajada y, desde luego, sus guiones no son precisamente de alta calidad (personajes poco trabajados, diálogos trillados y poco ingeniosos, sucesión de acontecimientos un tanto predecible...) pero ofrece lo que promete, de tal manera que nadie saldrá engañado.

Para la realización de este film, Anderson tomó "prestados" elementos de otras películas de terror, acción y ciencia ficción: encontraremos similitudes con el cine de George A. Romero, evocaremos la serie Alien, descubriremos un ordenador que toma conciencia de sí mismo recordando a 2001, una odisea en el espacio, observaremos algún que otro momento "bullet time" a lo Matrix, disfrutaremos con el cuerpazo de Milla Jovovich en un despertar similar al que ella misma protagonizó en El quinto elemento e incluso adivinaremos, en el tramo final, las perspectivas apocalípticas del gran clásico El planeta de los simios.

Una vez sabemos lo que nos espera, una de acción y tiros con ciertos elementos de terror, ciencia ficción y cine gore, bastante ruidosa (la estridente música de Marilyn Manson tiene la culpa) y que no estimulará nuestro cerebro, este tipo de referencias se hacen simpáticas, ya que amenizan el desarrollo de la película. Además están las dos protagonistas, unas exuberantes Milla Jovovich (Juana de Arco, Regreso al lago azul) y Michelle Rodriguez (A todo gas, Avatar) que harán las delicias del público tanto por su físico como por su elegante forma de repartir tiros y mamporros entre todos los muertos vivientes que irán apareciendo.

No es cine de calidad. Basta con compararla con las películas de ciencia ficción y acción de James Cameron o John McTiernan para darse cuenta de ello. Sin embargo, es una reproducción bastante fiel del vídeo-juego, sabedora de sus limitaciones, que simplemente aspira a entretener al gran público. Afortunadamente lo consigue.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Vaya par de polis


Valoración: Pasable

Cuando me enteré de que Vaya par de polis se estrenaba en los cines de casi todo el mundo, excepto en España y poquitos sitios más, me sentí seriamente ofendido. La razón es muy simple: soy fan acérrimo de Bruce Willis. Cuando por fin conseguí ver la película, comprendí que no era, precisamente, una obra maestra, sin embargo he visto, sólo en este 2010, películas mucho peores en una sala de cine. No sé quién decide estas cosas, pero me parece exagerado.

Olvidando el asunto y centrándonos en la película en cuestión, he de reconocer que si no apareciese el protagonista de La jungla de cristal, posiblemente la estuviera calificando de basura. Y es que su director, Kevin Smith, conoció tiempos mejores. La crítica lo aclamó por Persiguiendo a Amy, aunque con ella no me reí ni la mitad que con Dogma y Jay y Bob el silencioso contraatacan. Desde luego, las tres son muy diferentes a sus últimas filmaciones, como Una chica de Jersey o ¿Hacemos una porno? Sencillamente ya no me hacen gracia.

¿Qué es lo que me gusta de Vaya par de polis? Única y exclusivamente Bruce Willis. Hace tiempo que el señor McClane demostró a todo el mundo que no sólo es un ácido, sarcástico, chulo y duro héroe de acción, sino que se desenvuelve con total soltura en comedia (Falsas apariencias), drama (El sexto sentido) o incluso en roles tan complicados como el de un perturbado mental (Doce monos). Incluso en productos muy inferiores a su estatus como la parodia que hoy nos ocupa o el mediocre remake de Chacal, Willis siempre se comporta como un auténtico profesional y sobresale del resto del elenco.

¿Qué es lo que no me gusta de este film? Todo lo que no tiene que ver con Bruce Willis. El guión es un torpe intento de homenajear las buddy movies de los 80 (intento, por supuesto, baldío). Sus diálogos no poseen chispa alguna, algo impensable en los libretos de Kevin Smith de hace años. Uno sólo llega a sonreír brevemente cuando Bruce Willis se ríe de sí mismo y de sus habituales roles de acción, pero nada más. Y en cuanto a sus compañeros de reparto, si la sobreactuación histriónica tuviese premio, tanto Tracy Morgan como Sean William Scott tendrían Oscars a docenas.

Después están las secuencias de acción... ¡Huy!, ¡pero si no hay! Corregidme si me equivoco, pero en mi humilde opinión, cuatro tiros mal pegados no son escenas de acción propiamente dichas. Pero es que, en general, toda la película adolece de una puesta en escena mínimamente en condiciones.

Lo considero un film pasable (de nota un 5) por aquello de que sale Mr. Willis, pero podría haber resumido mi opinión en una frase: contar con Bruce Willis en una película de policías, por muy cómica que ésta sea, sin que le veamos dar un par de buenas palizas y chulear a los malos, además de comprobar que en ciertas situaciones incluso mide sus palabras, es un auténtico insulto.
Espero quitarme pronto este mal sabor de boca con Red, una película que llega a España a finales de noviembre, protagonizada por Bruce Willis y de la que todos hablan maravillas. Alguien de su talla debe participar en films de este calado y no en productos decadentes como Vaya par de polis.

viernes, 10 de septiembre de 2010

La leyenda de la ciudad sin nombre


Valoración: Buena

Debido a la proliferación de musicales existentes en los años 60, Clint Eastwood decidió arriesgarse protagonizando La leyenda de la ciudad sin nombre, encarnando a un personaje que no tenía absolutamente nada que ver con lo que este genio había interpretado hasta la fecha: un buen tipo, agradable, prácticamente abstemio, algo melancólico y un tanto blandengue, cuya profesión es la de buscador de oro, aunque lo que realmente le gustaría encontrar es un gran amor. Su personaje contrasta no sólo con la imagen que todos tenemos de Eastwood, sino con su compañero de fatigas, un genial Lee Marvin que es el verdadero protagonista: un borracho, centro de todas las juergas, que tiene como afición partir la cara de vez en cuando al bueno de Eastwood, lo que demuestra que este formidable cineasta tiene el suficiente sentido del humor como para reírse de sus típicos personajes.

Joshua Logan (Camelot, Sayonara) fue el encargado de dirigir esta divertidísima película en la que tienen lugar sentimientos tan dispares como la soledad, el amor, la búsqueda de un lugar en el que echar raíces, el sexo sin tapujos, la codicia o la juerga continua, que es lo que, en última instancia, parece que persigue la gran mayoría de los personajes.

Así pues tenemos diversión a raudales en un musical muy alegre, vistoso y con mucho colorido, de moralidad inexistente, en el que Eastwood comenzó a mostrarnos su gusto por la música, ya que es uno de los cantantes del reparto. Muy divertida.

Zohan: Licencia para peinar


Valoración: Muy mala

Dos de los tontos más tontos de Hollywood, Adam Sandler y Rob Schneider, junto al histriónico John Turturro, protagonizan esta comedia, la cual no me atrevo a calificar ya que se trata de varias parodias en una: a James Bond, al conflicto palestino-israelí, al mundo fashion, a las peluquerías, al racismo, a los ochenta, al sueño americano, a la homosexualidad... Aunque hay una por encima de todas ellas y es la que tiene que ver con el significado de la palabra interpretar, porque hacer el payaso soltando por la boca lo primero que le apetece a uno, no es, precisamente, una lección de método.

Así las cosas, el film podría resumirse como una constante y loca sucesión de gags absurdos y repetitivos, propios de un humor facilón y poco inteligente, que no llega a ninguna parte.

Es innegable que Adam Sandler tiene toda una legión de fans, de ahí que continúe produciendo largometrajes para el cine. Desafortunadamente (cifro el infortunio en que sus películas, para mí, son auténticos padecimientos) no soy uno de ellos. He visto muchos de sus films pero, sintiéndolo mucho, no le veo la gracia. De hecho creo que la única película de Sandler con la que he disfrutado fue Ejecutivo agresivo y la razón es evidente: Jack Nicholson. Comparad a uno y a otro sólo en la parte que concierne a comedia (porque Nicholson es un todoterreno) y entenderéis a qué me refiero.

Aún así he de reconocer su éxito. Prueba de ello es que consigue siempre cameos de famosos (aunque eso también lo hace Santiago Segura) destacando entre ellos al ex-tenista John McEnroe, a quien he visto ya en tres de sus películas (Mr. Deeds, Ejecutivo agresivo y Zohan). Sin embargo son películas malas, muy malas y o bien eres seguidor de este tipo o bien acabarás desesperado.