Irvin Kershner ("La venganza de un hombre llamado caballo") dirige la que es, con diferencia, mejor película de toda esta saga intergaláctica.
Lo primero en lo que uno repara es en la excelencia del guión, razón por la cual todo el mundo cree que "El imperio contraataca", a pesar de ser un capítulo intermedio sin terminar (realmente finaliza tras la primera media hora de "El retorno del Jedi") es superior al resto. Y es que se nota la mano del excelente escritor Lawrence Kasdan ("En busca del arca perdida", "Silverado") que logra, partiendo de una historia de George Lucas, crear gran profundidad en personajes como Darth Vader y Han Solo centrando gran parte del metraje en ellos, lo que resulta un acierto ya que el protagonista real del relato, Mark Hamill, no tiene capacidad interpretativa suficiente para aportar demasiadas cosas a su Luke Skywalker.
Vader es la maldad personificada. Es impagable observar la cara de cualquiera de sus subordinados cuando no logran cumplir cualquier orden, pues saben que es motivo suficiente para una muerte segura, tras un sarcástico "disculpas aceptadas, almirante". Su gran presencia, además de la imponente "Marcha Imperial" de John Williams cada vez que aparece en pantalla, nos ofrecen un personaje tan carismático que, a pesar de ser el gran villano, ha terminado convirtiéndose en uno de los más mitificados de toda la serie, superando al propio Skywalker.
Por su parte Harrison Ford sigue siendo la chispa del argumento. Protagoniza junto a Carrie Fisher una historia de amor tan divertida como original, muy superior al penoso encuentro entre Christensen y Portman en las nuevas producciones. El guión trata muy bien a Ford, pues le permite lucirse con todo tipo de "chulerías", cinismos y comentarios irónicos que harán las delicias de todo espectador.
Los androides también adquieren un mayor protagonismo, de tal manera que el gran público comienza a verlos como seres humanos en lugar de meros robots. Nos preocuparemos con los líos en los que se mete el histriónico C3-PO a la vez que disfrutaremos en grado sumo de ese cascarrabias llamado R2-D2 que, a la postre, será imprescindible para sacar de apuros a nuestros héroes.
Y por supuesto no nos podemos olvidar de la primera puesta en escena del gran Yoda, con un rol muy divertido al principio, antes de que se llegue a saber que es un gran Jedi.
En cuanto a la trama, hablamos del episodio más importante pues se desvelan las grandes verdades que deberán resolverse en el capítulo final, con importantes sorpresas que lograrán mantener el interés en todo momento.
Por si todo lo comentado anteriormente fuera poco, el film cuenta con mundos nuevos, más personajes, varias historias paralelas, los esperados efectos especiales fuera de serie, magníficos decorados, batallas y, como era de prever, un excitante duelo final protagonizado por los sables de luz.
En resumidas cuentas, una auténtica joya de la ciencia ficción que puso el listón tan alto en cuanto a las películas de naves espaciales se refiere, que hoy en día todavía no ha logrado ser superada.
Lo primero en lo que uno repara es en la excelencia del guión, razón por la cual todo el mundo cree que "El imperio contraataca", a pesar de ser un capítulo intermedio sin terminar (realmente finaliza tras la primera media hora de "El retorno del Jedi") es superior al resto. Y es que se nota la mano del excelente escritor Lawrence Kasdan ("En busca del arca perdida", "Silverado") que logra, partiendo de una historia de George Lucas, crear gran profundidad en personajes como Darth Vader y Han Solo centrando gran parte del metraje en ellos, lo que resulta un acierto ya que el protagonista real del relato, Mark Hamill, no tiene capacidad interpretativa suficiente para aportar demasiadas cosas a su Luke Skywalker.
Vader es la maldad personificada. Es impagable observar la cara de cualquiera de sus subordinados cuando no logran cumplir cualquier orden, pues saben que es motivo suficiente para una muerte segura, tras un sarcástico "disculpas aceptadas, almirante". Su gran presencia, además de la imponente "Marcha Imperial" de John Williams cada vez que aparece en pantalla, nos ofrecen un personaje tan carismático que, a pesar de ser el gran villano, ha terminado convirtiéndose en uno de los más mitificados de toda la serie, superando al propio Skywalker.
Por su parte Harrison Ford sigue siendo la chispa del argumento. Protagoniza junto a Carrie Fisher una historia de amor tan divertida como original, muy superior al penoso encuentro entre Christensen y Portman en las nuevas producciones. El guión trata muy bien a Ford, pues le permite lucirse con todo tipo de "chulerías", cinismos y comentarios irónicos que harán las delicias de todo espectador.
Los androides también adquieren un mayor protagonismo, de tal manera que el gran público comienza a verlos como seres humanos en lugar de meros robots. Nos preocuparemos con los líos en los que se mete el histriónico C3-PO a la vez que disfrutaremos en grado sumo de ese cascarrabias llamado R2-D2 que, a la postre, será imprescindible para sacar de apuros a nuestros héroes.
Y por supuesto no nos podemos olvidar de la primera puesta en escena del gran Yoda, con un rol muy divertido al principio, antes de que se llegue a saber que es un gran Jedi.
En cuanto a la trama, hablamos del episodio más importante pues se desvelan las grandes verdades que deberán resolverse en el capítulo final, con importantes sorpresas que lograrán mantener el interés en todo momento.
Por si todo lo comentado anteriormente fuera poco, el film cuenta con mundos nuevos, más personajes, varias historias paralelas, los esperados efectos especiales fuera de serie, magníficos decorados, batallas y, como era de prever, un excitante duelo final protagonizado por los sables de luz.
En resumidas cuentas, una auténtica joya de la ciencia ficción que puso el listón tan alto en cuanto a las películas de naves espaciales se refiere, que hoy en día todavía no ha logrado ser superada.
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