Guy Ritchie vuelve a la fórmula que tan bien le funcionó en Lock & stock y Snatch con Rocknrolla, un film de mafiosetes británicos muy peligrosos escrito en un contínuo contexto de humor.
Lo más importante de esta película es que no engaña a nadie, ya que ofrece exactamente lo que promete, que no es otra cosa que un uso brutal y desmedido de la violencia en clave de comedia, para que el público asistente se parta de risa. Lo bueno es que lo consigue, tanto por lo hilarante de ciertas situaciones como por una serie de personajes que, simplemente, hacen gracia.
Desde luego Rocknrolla no pasará a la historia del cine europeo ni nada por el estilo, pero una función importante en esto del séptimo arte, la cual los críticos especializados parecen haber olvidado, es entretener y divertir y, ciertamente, esta película lo consigue.
Lo más importante de esta película es que no engaña a nadie, ya que ofrece exactamente lo que promete, que no es otra cosa que un uso brutal y desmedido de la violencia en clave de comedia, para que el público asistente se parta de risa. Lo bueno es que lo consigue, tanto por lo hilarante de ciertas situaciones como por una serie de personajes que, simplemente, hacen gracia.
Desde luego Rocknrolla no pasará a la historia del cine europeo ni nada por el estilo, pero una función importante en esto del séptimo arte, la cual los críticos especializados parecen haber olvidado, es entretener y divertir y, ciertamente, esta película lo consigue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario