lunes, 26 de enero de 2009

Revolutionary Road

Valoración: Notable

Sam Mendes es, posiblemente, el director más polifacético del panorama cinematográfico actual. Lleva en su haber cuatro películas y todas ellas engloban un compendio de hacer más grande el cine, algo muy de agradecer en un arte que hace ya tiempo dejo de serlo para convertirse en negocio.

Mendes debutó ganando el Oscar con la irreverente y genial American Beauty. Si ya es difícil que una ópera prima gane la dorada estatuilla, todavía es más complicado mantener la línea de calidad. Pero Mendes se superó a sí mismo con Camino a la perdición, una de las mejores películas de gangsters que uno pueda recordar.

Después llegó Jarhead, un imponente film bélico sobre la guerra de Irak y ahora ha aterrizado en nuestras pantallas Revolutionary Road, un soberbio drama de pareja que refleja una historia que podría ser de lo más real, ambientada en 1955.

Uno de los alicientes de esta película era el reencuentro de Leonardo Di Caprio y Kate Winslet tras Titanic y hay que reconocer que ambos han crecido muchísimo como actores desde aquella ñoña historia que protagonizaron hace ya doce años, mostrando fielmente las reacciones de una pareja con muchísimos problemas de autoestima.

El guión, apoyado en un buen uso del flash-back, entrelaza elementos muy crudos en la vida de un matrimonio que comienza a desvanecerse: infidelidades, odios, traiciones, pero, sobre todo, un canto al intento de liberación de la mediocridad en la que muchos creen tener sumidas sus vidas, una última posibilidad de idealismo culminado por la desesperanza de un fuerte choque ante la realidad de la vida cotidiana con sus problemas, necesidades y obligaciones.

A todo ello hay que unir la impecable puesta en escena de Mendes, con decorados y localizaciones magistrales que nos llevan, inequívocamente, a aquella época de mediados de siglo XX, momento que los fumadores seguramente recordarán con nostalgia, ya que quienes estaban mal mirados eran aquellos que no tenían un cigarrillo en sus manos.

Así pues, Sam Mendes sigue con su inestimable contribución al Séptimo Arte, convirtiéndose en uno de los mejores cineastas del momento tanto por lo diferente de la temática de sus películas como por el cuidado y el mimo que exhibe en la realización de todas ellas. Su próximo film será Away we go y no seré yo quien se lo pierda.

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