En 1999 M. Night Shyamalan sorprendió con este contundente, impactante e inquietante thriller que explora el miedo y la angustia hasta límites insospechados.
La película se basa en uno de los mejores guiones que jamás se haya escrito, el cual además de cuidar a la perfección a sus caracteres principales, también mima maravillosamente todos los aspectos de la impresionante puesta en escena. No sólo contamos con un terror inteligente (que ya es mucho) sino que existe un sinfín de matices y detalles que consiguen un éxito sin precedentes, al tratarse de una película que es necesario ver una y otra vez para poder disfrutar por completo de toda su magnitud. También hay un toque romántico perfectamente insertado, muy ligado a las novelas de terror clásicas como las de Edgar Allan Poe, lo que demuestra por parte de Shyamalan un absoluto conocimiento del género.
El sexto sentido, además de ser una película referencia del cine de terror, logró que por fin la crítica valorase en su justa medida a Bruce Willis, un excelente intérprete siempre infravalorado por ser una estrella del cine de acción, a pesar de que ya había demostrado su gran repertorio en films como Doce monos o Recuerdos de guerra. Willis ofrece una auténtica lección de método con un personaje muy distante, de corazón herido, que trata de redimirse tratando de curar a un indefenso niño, el cual está inmerso en un mundo de oscuridad y tinieblas. Haley Joel Osment interpreta de forma sublime a este pequeño inocente que no sabe cómo salir de su mundo sobrenatural, incomprendido y tomado por loco, incluso por su propia madre. Ambos acabarán sanándose el uno al otro, en un maravilloso relato que culmina con uno de los mejores finales que se recuerdan en el séptimo arte, tanto por efectista como por esa sensación final que le queda a uno en el cuerpo cuando ha terminado de ver una auténtica obra maestra.
Shyamalan llegó al estrellato con este film en el que nada queda al azar. Su manejo de la cámara es perfecto, intercalando impactantes planos con lentos movimientos tipo "scroll" para resaltar lo más importante de cada acción. Además el dominio del tempo para narrar la historia es impresionante, ya que controla en grado sumo el volumen de información que debe tener el espectador para que el relato funcione a las mil maravillas.
En una palabra: Insuperable.
una peli estupenda, el niño no veas como acojona jajajaja
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