viernes, 16 de abril de 2010

Exposados


Valoración: Pasable

Tras la desternillante La cruda realidad, tenía curiosidad por volver a ver al polifacético protagonista de 300, Gerard Butler, en un rol de comedia. Si además está dirigido por el realizador de la divertidísima Hitch (Andy Tennant) y tiene al lado a la atractiva y siempre graciosa Jennifer Aniston, la expectativa era, cuanto menos, amena. Ésa era mi pretensión y se cumplió: pasar un rato agradable, desinhibido por completo de los problemas reales. Por lo tanto, como mero entretenimiento, merece el aprobado.

Evidentemente Exposados no va a pasar a la historia del Séptimo Arte. Ni siquiera se mencionará en un futuro como referencia a las comedias románticas. Hablamos de uno de esos productos que se disfrutan como un fast-food: agradable mientras dura, pero fácilmente olvidable.

Ahora que lo pienso, más que como comedia romántica, el film se mueve en la línea de la Screwball Comedy, que viene a significar algo así como comedia loca o zigzagueante, también conocida como comedia de enredo. El término se obtuvo del baseball (alude a una clase de lanzamiento en que la bola puede coger diferentes efectos) y se refiere a un tipo de comedia que causó furor en los años treinta y cuarenta en Estados Unidos. En este subgénero son típicas las situaciones alocadas, inverosímiles y rocambolescas, aunque también, desgraciadamente, la previsibilidad de la trama. Y todo ello se ejecuta desde un contexto de pareja, en el que los protagonistas suelen llevarse como el perro y el gato. Aunque también podríamos definirla como lo hizo el crítico norteamericano Andrew Sarris: una comedia de sexo sin el sexo.

Sobre el desarrollo del film, imagino que quien más, quien menos, se irá figurando la sucesión de acontecimientos. Por ello, el fuerte debería estar en cada situación que atraviesan los protagonistas. Sin embargo, el guión concebido por Sara Thorp (autora del libreto de Giro inesperado, uno de los peores thrillers que he visto) deja mucho que desear a este respecto, tanto por el poco dinamismo de ciertas partes de la trama, como por la pobreza y poca imaginación de algunos diálogos. Trata de ocultarlo entremezclando una subtrama policíaca, pero no consigue su objetivo ya que el ritmo, en general, es bastante irregular.

Al final todo queda supeditado a la gracia de los dos protagonistas y, afortunadamente, ambos la poseen en abundancia. Y si una comedia hace reír, en mi humilde opinión, se salva.

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