En el post anterior, hice una referencia a una frase dicha en Harry el sucio en la lista negra: "los famosos mueren de tres en tres". Aquel día habían fallecido, con pocas horas de diferencia, Farrah Fawcett y Michael Jackson. Tristemente, hoy se cumple el trío con el magnífico actor Karl Malden. Personalmente, es un pérdida que he sentido mucho, dado que tengo un gran respeto por el trabajo de este formidable intérprete, tanto por las películas en las que ha participado como por sus meritorias interpretaciones.
Malden ha llegado a los 97 años, prueba de que no todo el mundo en Hollywood lleva mala vida, falleciendo por causas naturales en la ciudad de Los Angeles. Su carrera ha sido muy prolífica, por lo que enumerar todas sus películas sería una tarea encomiable. Podríamos destacar, por importancia, las siguientes:
-En 1950 su carrera comenzó a coger impulso gracias a dos películas: El pistolero, de Henry King, compartiendo reparto con Gregory Peck y Situación desesperada, de Lewis Mileston, protagonizada por Richard Widmark.
-En 1951 ganó un Oscar como mejor actor secundario por Un tranvía llamado deseo, de Elia Kazan, junto a Vivien Leigh y Marlon Brando.
-En 1953, a las órdenes del inimitable Alfred Hitchcock, completó un trío de lujo junto a Anne Baxter y Montgomery Clift en Yo confieso.
-En 1954 volvió a coincidir con Brando y Kazan en la celebérrima: La ley del silencio.
-También le pegó al western. En 1959 intervino, junto a Gary Cooper y George C. Scott en El árbol del ahorcado, de Delmer Daves.
-En 1961 volvió a trabajar con Marlon Brando. En esta ocasión, el mítico Brando efectuó labores de protagonista y director, en El rostro impenetrable.
-Un año después (1962) apareció en otras dos películas célebres en la historia del séptimo arte: El hombre de Alcatraz, protagonizada por Burt Lancaster y dirigida por John Frankenheimer y La conquista del Oeste de John Ford, junto a nombres de la categoría de Henry Fonda, George Peppard, James Stewart o Gregory Peck, entre otros.
-En 1965 destacó su participación en El rey del juego, protagonizada por el inolvidable Steve McQueen y Edward G. Robinson y realizada por Norman Jewison.
-Por último, me gustaría destacar su papelón en Patton de Franklin J. Schaffner, donde debía poner una y otra vez firme al famoso general, interpretado maravillosamente por George C. Scott. Malden era su íntimo amigo, de forma que siempre estaba intentando que este genio bélico no se metiera en líos gracias a su gran bocaza.
También destacó Malden en el mundo de la televisión, protagonizando la inolvidable Las calles de San Francisco, junto a Michael Douglas.
Si de algo puede presumir Karl Malden es de haber trabajado con los más grandes directores y actores que ha habido. Siempre contaban con él para los grandes proyectos, lo que define de un modo exacto su categoría como actor. Hasta siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario