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viernes, 15 de julio de 2011

Sólo una noche


Valoración: Interesante

Para leer la crítica completa de la película, entrad aquí

Sólo una noche es la ópera prima de Massy Tadjedin, conocida por ser guionista en The Jacket o Leo.

La película está claramente influenciada por Closer, de Mike Nichols, tanto en el argumento (parejas, infidelidades, romance, miedo, celos, deseos, frustraciones...) como en la forma, ya que se asemeja más a una pieza teatral (intensos diálogos, corta duración en el tiempo ficticio, pocos y cerrados escenarios) que a un largometraje cinematográfico.

El filme no está mal, pero el final es completamente insatisfactorio ya que simplemente no termina. Un error grave, dado que el último tramo suele ser lo más importante y difícil en una película.

Tampoco están a la altura ni el inexpresivo Sam Worthington (algo que ya demostró en Avatar, Furia de Titanes y la infame Terminator: Salvation) ni Eva Mendes, que se limita a mostrar su belleza, pero nada más.

Lo mejor es la interpretación de Keira Knightley (actriz que cada día que pasa va a más) sobre todo por su capacidad de espontaneidad, además del trabajado guión y la eficiente puesta en escena de Tadjedin, tanto en decorados como en la lograda atmósfera gracias al uso de una fotografía oscura.

Esperemos que en próximos proyectos Massy Tadjedin aprenda a escribir finales.

miércoles, 7 de abril de 2010

Furia de Titanes


Valoración: Regular

En una ocasión, un literato amigo mío me comentaba que, en lo que a libros se refiere, ya estaba todo inventado. Hablamos sobre la ocurrencia de Camilo José Cela en Cristo versus Arizona, de escribir toda la novela sin signos de puntuación (bueno, con uno, el punto del final). También hizo referencia a los juegos gráficos que propuso Cabrera Infante en Tres tristes tigres o al distinto uso del color en La historia interminable, en la que Michael Ende utilizaba el rojo para referirse a los momentos en los que Bastian entraba en Fantasía y el negro para el mundo real. Incluso se ha llegado a combinar cartas del tarot para narrar diferentes historias, típico de la novela combinatoria, como hizo Italo Calvino en El castillo de los destinos cruzados.

Todo lo que sea innovar me parece muy bien, pero al final, si la novela no tiene un argumento interesante y bien desarrollado, los recursos antes mencionados se quedan en meros juegos de artificio, bonitos envoltorios para tratar de ocultar la falta de talento, es decir, lo que ha hecho Louis Leterrier en Furia de Titanes.

Me esperaba más de Leterrier, teniendo en cuenta que, tras Danny the dog y Transporter 2, por fin supo aunar efectos especiales con una buena historia en El increíble Hulk (la de 2008, no confundir con la pésima Hulk de Ang Lee de 2003). El primer gran artificio es introducir el 3D en una película que no se había filmado con esta técnica, sino que se superpuso después. El resultado es francamente decepcionante, ya que a diferencia de las magistrales tomas de Avatar, aquí las tres dimensiones despistan más que otra cosa.

Siguiendo con los efectos, se nota el excesivo uso del ordenador. Una cosa es que ciertas secuencias no se puedan generar de ninguna otra manera y otras que el director no utilice la imaginación. ¿Qué habría sido de Indiana Jones en el templo maldito si en lugar de Spielberg, el realizador hubiese sido Leterrier? Secuencias como la del puente en el tramo final, habrían perdido toda la gracia.

Si una película que basa todo su fuerte en la técnica, obtiene un suspenso en efectos especiales, lo lleva crudo. Es aquí donde hablaremos de su facilón guión, que cuenta la misma historia que la película original de Desmond Davis de 1981, sin aportar nada nuevo (incluso diría que narra menos acontecimientos). Los diálogos, en muchos casos, podrían calificarse como suprimibles, ya que parecen escritos como mero vehículo de la chulería de algunos personajes. Por no hablar de su insatisfactorio final, con el que me extenderé en la zona spoiler.

Hablando de héroes de frases lapidarias: Sam Worthington no lo es. No voy a compararlo con los grandes en este apartado, como Schwarzenneger o Bruce Willis, porque queda incluso por detrás de Jason Statham, con el que ya trabajó Leterrier en Transporter 2. Worthington se ha hecho de oro al protagonizar Avatar, pero ni en la película de Cameron, ni en la infame Terminator 4, ni aquí, da la talla, ya que el tipo es músculos y poquito más.

He llegado a la conclusión de que la principal figura de muchas de las grandes superproducciones de hoy en día es el economista. Se efectúa un estudio de mercado para elegir al actor de moda de turno, al que se acompaña de modelos reconvertidas a actrices y grandes actores en roles secundarios (el maltrato que el guión depara a Ralph Fiennes y Liam Neeson es, como poco, insultante). Después se elabora un libreto que vaya en la línea de los últimos taquillazos (aparecen similitudes con El Señor de los anillos por todos sitios) se rellena con un montón de ruido y efectos, se narra de forma lineal y simplista, se apuesta por un final comercial y ¡hala! Taquillazo seguro.

¿Cómo vamos a esperar que los productores de hoy en día gasten dinero en la contratación de un buen guionista, si productos que descuidan la importancia de narrar una historia con el debido cuidado y la necesaria profundización en los personajes, como hace Furia de Titanes, arrasan después en taquilla?

Luego os extrañaréis de que cada día me guste más Clint Eastwood.

Zona Spoiler: Es preferible no leer lo que viene a continuación si no se ha visto la película.

El final de Furia de Titanes nos termina de descolocar. ¿Os imagináis que en el final de Troya, Brad Pitt (Aquiles) hubiera salido indemne y se hubiera quedado con la bella sacerdotisa con la que huía? No queda muy bien, ¿verdad? A Aquiles le dejan bien claro su destino: de ir a la guerra, sería largamente recordado en la historia, pero moriría; por el contrario, si se quedaba en casa, viviría feliz pero nadie lo recordaría. Aquiles toma la decisión de ser un héroe y la afronta con todas las consecuencias, muriendo al final de una herida en su talón.

A Perseo le sucede algo parecido: unas brujas le confirman que le espera la muerte si sigue empecinado en luchar como un humano. Hasta Zeus, por miedo a su muerte, le ofrece un lugar en el Olimpo. Pero, ¿qué sucede al final? Perseo, más chulo que nadie, se los carga a todos (incluido el temible cracken) sin sufrir el menor rasguño. Pero eso no fue del todo convincente, comercialmente hablando, para productores, director, guionista, economista o quien quiera que sea el culpable: Zeus baja a la tierra y resucita a una belleza para que el bueno de Perseo no pase sus días de mortal en soledad. O lo que es lo mismo: nos cargamos una de las partes más importantes en toda historia épica: afrontar un destino con todas sus consecuencias. Patético.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Avatar


Valoración: Muy buena

Doce años después de Titanic, el rey de la ciencia ficción, James Cameron, ha vuelto y lo ha hecho en su línea: innovando y maravillando.

Avatar es, por encima de todo, una película de aventuras. Un planeta nuevo, con toda su fauna y flora, además de una raza inteligente dominante, da lugar a un original universo, repleto de colorido y belleza, que permite a Cameron demostrar todo su ingenio con un sinfín de elementos y sorpresas repartidos a lo largo de las dos horas y media largas que dura el metraje.

Llegados aquí es importante dedicar un breve inciso a la importante legión de envidiosos que posee Cameron. Lo tachan de poco original porque la trama es similar a aquellas películas que narran la extinción de los indios en norteamérica o las colonizaciones del siglo XVI. Y digo yo, ¿es que nadie puede retomar temas que ya hayan sido llevados a la gran pantalla? Si así fuera, ya no se podrían hacer más películas, porque en la historia del cine se ha rodado prácticamente de todo. Además, muchos de estos críticos alaban a Peter Jackson por El señor de los anillos... ¿Habrán caído en la cuenta de que dicho universo fue obra de la imaginación de Tolkien?

Además, la originalidad tiene mucho que ver con la forma de contar una película y aquí es donde Cameron da toda una lección, al utilizar como nadie el medio audiovisual para introducir al espectador en este emocionante relato. El guión contiene varias subtramas importantes, todas ellas de interés humano. Vemos un pequeño estudio de los deseos, los buenos, los egoístas y los perversos, con personajes capaces de cambiar una idea preestablecida, algo complicado en la sociedad actual. También hay un fuerte mensaje ecológico, en forma de aviso a aquellas industrias que sólo ven la naturaleza como un medio para obtener beneficios, obviando el hecho de que es nuestra casa y que hay que cuidarla como es debido.

En cuanto a la ficción propiamente dicha, Cameron sigue deleitando a su público con fantásticas secuencias de acción, rodadas con todo tipo de planos, perfectas coreografías y unos efectos especiales que, al igual que en Terminator 2, marcarán un hito en el cine.

En lo que a personajes se refiere, Cameron es uno de los pocos directores de este género que ofrece siempre roles importantes a la mujer. ¿Quién no recuerda a la teniente Ripley de Aliens? ¿Y a Sarah Connor en Terminator 2? ¿Y qué me decís de la sufrida Helen Tasker de Mentiras arriesgadas? En Avatar dicho protagonismo se lo lleva la atractiva Zoe Saldana (Star Trek), una intrépida guerrera que hará todo lo posible por salvar a su pueblo y que, además, cambiará para siempre la vida de un marine inválido, interpretado por Sam Worthington (Terminator Salvation). Aunque el mejor de todo el elenco es el villano, un formidable Stephen Lang (Conspiración en la sombra) que no tiene ningún reparo en colonizar el nuevo mundo, independientemente del coste, encarnando al típico soldado a quien sólo le interesa completar sus misiones.

Completan el reparto rostros tan conocidos como Sigourney Weaver (Aliens), Michelle Rodriguez (Perdidos) o Giovanni Ribisi (60 segundos). Sin embargo lo verdaderamente destacable en este apartado, es que el concentrado y denso guión escrito por el propio Cameron permite que todos tengan su momento de protagonismo, siendo caracteres importantes para el film y no los personajes vacíos a los que nos tienen tan acostumbrados muchas películas de acción y aventuras en la actualidad.

A modo de resumen, Avatar es una impresionante aventura que avivará todos nuestros sentidos, una película de una gran belleza formal, de ritmo muy ágil y emocionante desarrollo, que llegará al fondo de todo aquel que sepa disfrutar del buen cine. Una auténtica gozada directa y conmovedora, con la que Cameron trata de resucitar un género tan venido a menos como el de la ciencia ficción. Impresionante.

martes, 9 de junio de 2009

Terminator Salvation

Valoración: Regular

James Cameron revolucionó el mundo de la ciencia ficción con el universo Terminator, de ahí que Terminator Salvation fuera uno de los estrenos más esperados del año. Iluso de mí, pensaba que iban a arreglar el desaguisado producido en la tercera parte de la saga... Todo lo contrario. En lugar de intentar hacer justicia al genial cineasta antes nombrado, los nuevos productores (desgraciadamente ya nada de esta serie tiene que ver con Cameron) se han limitado a exprimir al máximo la gallina de los huevos de oro, aprovechando la gran fama cosechada por Terminator 1 y 2.

Si Jonathan Mostow no tenía el suficiente caché como director para acometer un proyecto de la envergadura de Terminator 3 (como así quedó demostrado), ¿alguien puede decirme que méritos ha contraído McG para continuar la saga? Teniendo en cuenta que su mayor logro ha sido filmar la versión cinematográfica de Los Angeles de Charlie, a lo mejor lo han escogido para este proyecto por su rapero nombre. Con lo poco en serio que se lo han tomado, ¿por qué no?.

El guión daría para escribir un libro entero con la cantidad de incongruencias que aglutina, aunque resaltaré la más obvia: La historia está ambientada en un futuro alternativo en el que todavía no se han llevado a cabo los viajes en el tiempo (la edad del personaje que interpretó Michael Biehn en su día nos revela dicho dato), por lo tanto no tiene sentido que Skynet tenga tantos conocimientos acerca del protagonista y mucho menos que desperdicie tantas y tan claras oportunidades para acabar con él. Otro problema importante viene relacionado con el género. Todos sabemos que en la ciencia ficción las películas suelen tomarse sus licencias, pero en este caso se llega al absurdo de tal manera, que uno acaba indignado al pensar que Michael Ferris y John D. Brancato (escritores que ya destrozaron Terminator 3) nos toman por idiotas. Para terminar con este lastimoso libreto, no concibo cómo las mismas máquinas que en las ediciones anteriores eran auténticos exterminadores, aquí encuentran dificultad en el uno contra uno frente a humanos, por no hablar de un nuevo robot con alma, en un vano intento por imitar la profundidad que alcanzó el personaje de Schwarzenegger en Terminator 2.

Alguno preguntará: ¿en qué consiste entonces el argumento? Nada más y nada menos que en tardar 115 minutos en explicar el mundo apocalíptico que James Cameron nos relató de una manera sutil y genial en apenas cinco. Es la diferencia entre saber contar historias y no tener talento ni capacidad para ello.

En cuanto a los actores, destacar la impecable interpretación de Christian Bale, a quien tan bien se le dan los roles de tipo atormentado (lástima que no hubieran pensado en él para Anakin Skywalker en lugar del patético Hayden Christensen), la breve presencia de Michael Ironside (el carismático Ham Tyler de V) en un papel totalmente desaprovechado y, cómo no, el uso de una heroína (la poca imaginación ha llegado hasta aquí) algo que ha correspondido a la televisiva Moon Bloodgood (Day Break, Journeyman).

Si no fuera por la existencia de James Cameron, la película ganaría ya que, sin la carga que conlleva ser la continuación de dos obras maestras, diríamos sobre ella que resulta entretenida. Pero claro, sin filmes como Aliens, Abyss, Mentiras arriesgadas o los dos primeros Terminator, probablemente el cine perdería la categoría de Séptimo Arte, por lo tanto McG y todos los productores de esta peliculita, se tendrán que aguantar al no poder librarse nunca de la hegemonía de Cameron en la serie.

Así pues, ¿habrá algo bueno en Terminator 4? Pues sí, más o menos todo lo que recuerda a James Cameron, como la banda sonora (llegan a añadir un fragmento de You could be mine de Gun's & Roses), los efectos visuales (más en concreto todo lo referente a las máquinas) varias secuencias calcadas de las dos primeras partes (seguro que tienen el morro de llamar a esto homenaje en lugar de falta de imaginación) y el pequeño cameo con el que Arnold Schwarzenegger ha conseguido deleitarnos a todos. ¿El resto? Suprimible.