Viendo Rec 2 me he acordado mucho de las dos primeras partes de Alien, aunque no por los motivos que me gustaría. Alien de Ridley Scott funcionó de maravilla, entre otras cosas, porque el espectador no tuvo un conocimiento exacto del exterminador extraterrestre casi hasta el final de la película. Algo parecido sucedió en Rec: lo que empezaba como un aburrido reportaje de bomberos, terminaba siendo una pesadilla de zombies, que conseguía dar miedo por la tensión que genera el no saber qué ocurre.
Una vez explicado el asunto, una segunda parte debe ofrecer algo más. James Cameron lo resolvió en Aliens gracias a su gran talento para el cine de acción, transformando un filme de terror en uno de disparos, de forma que logró mantener la tensión a base de adrenalina, efectos y un guión diferente. El problema es que ni Balagueró ni Plaza son Cameron y claro, esta segunda parte se resiente mucho ya que prácticamente no hay capacidad para sorprender. No negaré que hay dos o tres sustos bastante bien conseguidos, pero la misma atmósfera ya no nos aterra como en la primera parte, por aquello de que ya sabemos lo que los protagonistas se van a encontrar.
El elemento más novedoso es el giro que da el argumento, introduciendo elementos satánicos en lo que, en principio, era algo similar a Resident Evil, en el sentido de que existe un virus que infecta a la gente y la convierte en muertos vivientes hambrientos de carne humana, aunque no en lo que respecta a la acción.
Es aquí donde hablaremos de la dichosa cámara en mano. Reconozco que en determinadas secuencias este tipo de filmación puede llegar a ser impactante, pero, al final, sólo sirve para ocultar los defectos del director en la realización. Por poner un ejemplo, ¿qué sería del cine sin los grandes planos de Brian de Palma? Me encantan aquellos realizadores que te dejan con la boca abierta gracias a su dominio de la cámara. Creo que es algo indispensable en el cine. Evidentemente, en películas como Monstruoso, El proyecto de la bruja de Blair o la que hoy nos ocupa, el apartado técnico deja bastante que desear, por lo que el guión debe ser muy bueno para atraparte. Dado lo repetitivo de la historia, aquí no se consigue.
Las interpretaciones también son lo de menos. No hay primeros planos para el lucimiento de los actores ni buena visibilidad, por lo que se puede descuidar este apartado.
Vamos sumando y ya tenemos interpretaciones medianas, monotonicidad de planos, poca originalidad en la puesta en escena y guión previsible... Al final, lo que había comenzado haciéndome evocar Alien, ha terminado por recordarme a Saw: una magnífica y original primera parte seguida de continuaciones muy inferiores, que no terminarán hasta que baje la taquilla. Viendo el final de Rec 2, ¿tendremos una tercera si recauda el dinero suficiente? Ya veremos.
Una vez explicado el asunto, una segunda parte debe ofrecer algo más. James Cameron lo resolvió en Aliens gracias a su gran talento para el cine de acción, transformando un filme de terror en uno de disparos, de forma que logró mantener la tensión a base de adrenalina, efectos y un guión diferente. El problema es que ni Balagueró ni Plaza son Cameron y claro, esta segunda parte se resiente mucho ya que prácticamente no hay capacidad para sorprender. No negaré que hay dos o tres sustos bastante bien conseguidos, pero la misma atmósfera ya no nos aterra como en la primera parte, por aquello de que ya sabemos lo que los protagonistas se van a encontrar.
El elemento más novedoso es el giro que da el argumento, introduciendo elementos satánicos en lo que, en principio, era algo similar a Resident Evil, en el sentido de que existe un virus que infecta a la gente y la convierte en muertos vivientes hambrientos de carne humana, aunque no en lo que respecta a la acción.
Es aquí donde hablaremos de la dichosa cámara en mano. Reconozco que en determinadas secuencias este tipo de filmación puede llegar a ser impactante, pero, al final, sólo sirve para ocultar los defectos del director en la realización. Por poner un ejemplo, ¿qué sería del cine sin los grandes planos de Brian de Palma? Me encantan aquellos realizadores que te dejan con la boca abierta gracias a su dominio de la cámara. Creo que es algo indispensable en el cine. Evidentemente, en películas como Monstruoso, El proyecto de la bruja de Blair o la que hoy nos ocupa, el apartado técnico deja bastante que desear, por lo que el guión debe ser muy bueno para atraparte. Dado lo repetitivo de la historia, aquí no se consigue.
Las interpretaciones también son lo de menos. No hay primeros planos para el lucimiento de los actores ni buena visibilidad, por lo que se puede descuidar este apartado.
Vamos sumando y ya tenemos interpretaciones medianas, monotonicidad de planos, poca originalidad en la puesta en escena y guión previsible... Al final, lo que había comenzado haciéndome evocar Alien, ha terminado por recordarme a Saw: una magnífica y original primera parte seguida de continuaciones muy inferiores, que no terminarán hasta que baje la taquilla. Viendo el final de Rec 2, ¿tendremos una tercera si recauda el dinero suficiente? Ya veremos.
Precisamente ayer vi la primera, porque mi novia se ha empeñado en que la lleve al cine este finde a ver la segunda. Me habían hablado bien de ella, pero veo que no estás muy de acuerdo. La primera es bastante buena. Pero seguramente tengas razón en lo de segunda parte... Ya te contaré qué me ha parecido :)
ResponderEliminarAl igual que a ti, la primera me gustó bastante. El problema de la segunda es que no es una secuela, sino un alargamiento de la primera.
ResponderEliminarEn fin, a ver si te gusta más que a mí.