Valoración:
El director de comedia Steve Carr (Papá canguro, Dr. Dolittle 2) decidió castigarnos en 2007 con esta versión cutre y sin imaginación de aquella comedia que protagonizó en su día Tom Hanks titulada Esta casa es una ruina. No es un remake oficial, entre otras cosas porque se trata de la segunda parte de otra comedia bastante torpe de título Cuando llegamos (la cual, incomprensiblemente, Ice Cube ha adaptado en 2010 a serie televisiva) pero está basada claramente en la mencionada película de Richard Benjamin.
¿Qué podemos esperar de Una casa patas arriba? Más bien poco. Por un lado Ice Cube es un actor desastroso. Cuando hacía de joven rebelde enfadado con el mundo, como en Semillas de rencor de John Singleton, tenía un pase dado su invariable ceño fruncido. Pero como actor de comedia es un auténtico desastre, incapaz de transmitir otro sentimiento que no sea el de "cabreo monumental".
El guión está escrito por Hank Nelken, autor del libreto de Tres idiotas y una bruja de Dennis Dugan. ¿Hace falta decir algo más? Creo que no, pero por si acaso, apostillaré: falta de ingenio, chistes sin gracia, histrionismo desmedido como sustituto de gags inteligentes, humor excesivamente racial...
El único intérprete que tiene cierta gracia y que, además, parece esforzarse con su cometido, es John C. McGinley (seguro que muchos lo reconocéis por la serie Scrubs). Lo que pasa es que llega un momento en que su personaje comienza a hartar, no por la mala praxis del actor, sino por un guión que exagera su puesta en escena hasta el colmo de la exasperación.
¿Habrá algo salvable en toda la producción? Sí, la presencia del mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, el incomparable, genuino y estelar Magic Johnson. Pero, por muy fan que uno sea del exbaloncestista angelino (y a fe que yo lo soy) no es suficiente para salvar esta patética peliculita.
Es mejor rescatar de algún video-club la original de Tom Hanks, ya que sin ser la mejor comedia de la historia (ni mucho menos) sí posee la capacidad de hacer reír al espectador.
¿Qué podemos esperar de Una casa patas arriba? Más bien poco. Por un lado Ice Cube es un actor desastroso. Cuando hacía de joven rebelde enfadado con el mundo, como en Semillas de rencor de John Singleton, tenía un pase dado su invariable ceño fruncido. Pero como actor de comedia es un auténtico desastre, incapaz de transmitir otro sentimiento que no sea el de "cabreo monumental".
El guión está escrito por Hank Nelken, autor del libreto de Tres idiotas y una bruja de Dennis Dugan. ¿Hace falta decir algo más? Creo que no, pero por si acaso, apostillaré: falta de ingenio, chistes sin gracia, histrionismo desmedido como sustituto de gags inteligentes, humor excesivamente racial...
El único intérprete que tiene cierta gracia y que, además, parece esforzarse con su cometido, es John C. McGinley (seguro que muchos lo reconocéis por la serie Scrubs). Lo que pasa es que llega un momento en que su personaje comienza a hartar, no por la mala praxis del actor, sino por un guión que exagera su puesta en escena hasta el colmo de la exasperación.
¿Habrá algo salvable en toda la producción? Sí, la presencia del mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos, el incomparable, genuino y estelar Magic Johnson. Pero, por muy fan que uno sea del exbaloncestista angelino (y a fe que yo lo soy) no es suficiente para salvar esta patética peliculita.
Es mejor rescatar de algún video-club la original de Tom Hanks, ya que sin ser la mejor comedia de la historia (ni mucho menos) sí posee la capacidad de hacer reír al espectador.
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