Valoración:
Segunda película sobre atracos que llega a las carteleras españolas en muy poco tiempo. Y es que tenemos tan reciente en la retina la magnífica The Town, de Ben Affleck, que va a ser complicado no entrar en comparaciones, aunque intentaré no hacerlo, ya que si el film de Affleck tenía un desarrollo de corte clásico, tipo películas de los setenta, éste de John Luessenshop hace un especial hincapié en lo moderno, con claras influencias del cine de Michael Mann. Tanto para Affleck como para Luessenshop se trata de su segunda incursión cinematográfica tras las cámaras y he de decir que, si bien Ladrones me ha resultado altamente entretenida, creo que The town es muy superior.
El argumento es el siguiente: un grupo de expertos ladrones, que planea cuidadosamente sus robos, se ve en la tesitura de embarcarse en un nuevo "trabajo" potencialmente muy suculento, pero con el hándicap de tener que ser infieles, en algunos aspectos, a su forma de actuar. El grueso de la película narra la preparación de este nuevo robo, su realización y las posteriores consecuencias. Con un argumento tan típico, una de las soluciones es buscar la diversión entre el público con una historia de ritmo ágil, narración frenética y espectacular factura técnica. Luessenshop y su equipo han optado por ahí y, ciertamente, el resultado ha sido bastante satisfactorio.
Disfrutaremos con buenas secuencias de acción, algunas muy logradas, como una frenética persecución a pie que es, para mi gusto, la mejor que he visto desde la saga de Bourne. Es una pena que hayan adoptado esa fastidiosa manía que tan de moda han puesto Doug Liman y Paul Greengrass (en especial este último) de volvernos locos con violentos movimientos de cámara en forma de primeros planos, que cogen tan de cerca al actor, que el espectador no se entera muy bien de qué sucede. Pongo como ejemplo una caída por unas escaleras en la que es imposible identificar nada ni a nadie, mientras los protagonistas ruedan sin control. Luessenshop no parece torpe en el manejo de cámara, sobre todo si tenemos en cuenta algunos planos generales de mérito, tan conseguidos que llegan a dar vértigo. En mi opinión, debería seguir en esa línea y no imitar a otros.
El guión tiene bastantes lagunas, quizá por aquello de centrarse en la velocidad y el entretenimiento. Una de ellas es que no llega a profundizar en los diferentes caracteres. Matt Dillon (desde Crash no hacía nada bueno) es un policía con bastantes problemas, los cuales se mencionan muy de pasada. En cuanto al grupo de ladrones, Idris Elba (RocknRolla) es el mejor tratado, ya que el resto se limita a poner cara de chulitos y hacer ostentación de un tren de vida excesivamente alto, tanto que uno se pregunta por qué la policía no ha sospechado antes de ellos.
Aunque en honor a la verdad he de admitir que para definir bien a tanto personaje, el metraje debería haber sido bastante más largo y, tras la última experiencia en una película de dos horas y media, como la insufriblemente aburrida penúltima entrega de Harry Potter, prefiero una de las llamadas de "acción palomitera" y, al menos, pasar un buen rato.
Viendo el conjunto, me atrevería a decir que es una película tirando a buena. No todo es acción, ya que conforme avanzan los minutos va aumentando la carga dramática, contraponiendo situaciones diametralmente opuestas de lealtad y traición, tan comunes en este género, para terminar con un clímax de violencia, al más puro estilo El clan de los irlandeses, en el que una más que adecuada banda sonora impera sobre el ruido de las pistolas. Además hay ciertos guiños cinematográficos a películas como Casa Blanca, Wall Street o El bueno, el feo y el malo, lo suficientemente sutiles como para resultar simpáticos.
¿Recomendable? Creo que si os gustó el remake de The Italian Job (personalmente me encantó) Ladrones no os defraudará.
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