En el anuncio de Watchmen todos pudimos leer: "del visionario creador de 300", un eslogan tan atractivo como tramposo, pues si bien el realizador es el mismo, Zack Snyder, media un abismo entre ambas producciones.
Snyder ha apostado por una novela gráfica con una multitudinaria legión de seguidores para intentar hacer caja. Ha tratado de ser completamente fiel a la hora de retratar a todos los personajes creados en su día por Alan Moore, para así tener contentos a todos los seguidores del cómic, pero se ha olvidado de lo más importante: hacer una película de cine. Y teniendo en cuenta que el presupuesto ha sido de unos 150 millones de dólares, me temo que el fracaso está asegurado al olvidarse de quienes realmente importan: los amantes del séptimo arte.
Watchmen es un lujoso envoltorio que sigue la estética visual de la mencionada 300, el cual hubiera preferido no abrir nunca. De hecho, como tantas veces sucede, el tráiler supera con creces a la película. Su espectacular y colorista fotografía no consigue que nos olvidemos del contenido: un relato caótico (mezcla demasiada información y la narra totalmente desordenada) que resulta en exceso previsible, largo (más de dos horas y media) y en bastantes momentos absurdo.
El mediocre guión de David Hayter (X-Men) y Alex Tse (novato en libretos cinematográficos) cuenta torpemente una historia ambientada en un futuro alternativo, en el que Nixon continua como presidente de los Estados Unidos gracias a haber ganado la guerra de Vietnam por obra y gracia de una serie de superhéroes de dudosa moralidad. A partir de ahí ambos tratan de profundizar en los diferentes personajes de forma un tanto incoherente, tanto que en algunos casos se llega al clímax del aburrimiento, del que no se puede huir por mucho que se entremezclen sin parar imágenes generadas por ordenador con actores reales.
Además, después de haber investigado por ahí (no estoy tan versado en el universo de los comics como otros) ni Snyder ni sus guionistas han entendido demasiado bien la idiosincrasia de todos los caracteres que pueblan el filme, ya que han trivializado en demasía la profundidad humana que la novela gráfica confería a todos ellos.
En resumidas cuentas, una historia mal ensamblada (el hilo argumental se ve constantemente interrumpido, algo que llega a exasperar) que fracasa estrepitosamente como novela negra (la investigación policial es patéticamente cómica) y como aventura de superhéroes (¿dónde están los comentarios irónicos típicos de estos seres?) hecha a golpe de talonario y adoleciendo por completo de buen gusto. En una frase: una gran decepción.
Snyder ha apostado por una novela gráfica con una multitudinaria legión de seguidores para intentar hacer caja. Ha tratado de ser completamente fiel a la hora de retratar a todos los personajes creados en su día por Alan Moore, para así tener contentos a todos los seguidores del cómic, pero se ha olvidado de lo más importante: hacer una película de cine. Y teniendo en cuenta que el presupuesto ha sido de unos 150 millones de dólares, me temo que el fracaso está asegurado al olvidarse de quienes realmente importan: los amantes del séptimo arte.
Watchmen es un lujoso envoltorio que sigue la estética visual de la mencionada 300, el cual hubiera preferido no abrir nunca. De hecho, como tantas veces sucede, el tráiler supera con creces a la película. Su espectacular y colorista fotografía no consigue que nos olvidemos del contenido: un relato caótico (mezcla demasiada información y la narra totalmente desordenada) que resulta en exceso previsible, largo (más de dos horas y media) y en bastantes momentos absurdo.
El mediocre guión de David Hayter (X-Men) y Alex Tse (novato en libretos cinematográficos) cuenta torpemente una historia ambientada en un futuro alternativo, en el que Nixon continua como presidente de los Estados Unidos gracias a haber ganado la guerra de Vietnam por obra y gracia de una serie de superhéroes de dudosa moralidad. A partir de ahí ambos tratan de profundizar en los diferentes personajes de forma un tanto incoherente, tanto que en algunos casos se llega al clímax del aburrimiento, del que no se puede huir por mucho que se entremezclen sin parar imágenes generadas por ordenador con actores reales.
Además, después de haber investigado por ahí (no estoy tan versado en el universo de los comics como otros) ni Snyder ni sus guionistas han entendido demasiado bien la idiosincrasia de todos los caracteres que pueblan el filme, ya que han trivializado en demasía la profundidad humana que la novela gráfica confería a todos ellos.
En resumidas cuentas, una historia mal ensamblada (el hilo argumental se ve constantemente interrumpido, algo que llega a exasperar) que fracasa estrepitosamente como novela negra (la investigación policial es patéticamente cómica) y como aventura de superhéroes (¿dónde están los comentarios irónicos típicos de estos seres?) hecha a golpe de talonario y adoleciendo por completo de buen gusto. En una frase: una gran decepción.
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