lunes, 1 de junio de 2009

Millennium I: Los hombres que no amaban a las mujeres

Valoración: Floja

El realizador danés Niels Arden Oplev dirige la versión cinematográfica del best-seller homónimo de Stieg Larsson, libro que confieso no he leído, de ahí que mi opinión se cimente únicamente en el largometraje en cuestión.

Lo primero que debe dominar un buen cineasta para elaborar cine de calidad es la sabiduría a la hora de contar historias y, desgraciadamente, Niels Arden no posee dicho talento. Tenemos un relato en clave de thriller donde un periodista, ayudado por una excéntrica joven, debe resolver un misterio acaecido años atrás. Pero la narrativa es tan torpe y el metraje tan largo (dos horas y media) que llega un momento en que al espectador le da exactamente igual quién es el asesino y a quién ha podido matar.

Hay elementos que podrían convertir el relato en algo bastante adictivo: el carácter depravado y oscuro de la protagonista femenina (el guión sólo escarba ligeramente la superficie a este respecto) un oscuro pasado enturbiado por la presencia del nazismo, tipos peligrosos que harán lo posible por mantener los secretos de una inquietante familia... Pero no se puede pedir milagros a quien no sabe hacer atractiva la trama, ya que la investigación es repetitiva y nada original, las pistas que se siguen son tan evidentes que uno no comprende cómo algo así lleva oculto tantos años y el supuesto clímax final que todos esperamos con la resolución del caso, simplemente no existe.

Se podría llegar a pensar que la investigación es tan insulsa porque lo realmente importante es la crítica hacia la sociedad sueca, de forma que el guión se centra en los personajes y sus vidas. Entonces, ¿por qué no hay un estudio realmente profundo acerca de ninguno de ellos? ¿Por qué se desaprovecha de forma tan insultante el juego que podría dar la famosa Lisbeth Salander?

Por si fuera poco, técnicamente la cinta es un fracaso total, ya que la composición de la mayoría de las secuencias está llevada a cabo como si de un telefilme se tratara, sin saber aprovechar en ningún momento las posibilidades que ofrece el formato panorámico, de forma que la puesta en escena es pobre, tosca y mediocre.

Tengo entendido que la novela es de calidad, pero no por el hecho de estar basada en un superventas una película tiene que ser calificada de buena por decreto. Todos sabemos cómo funciona el cine de hoy en día: Hagamos una película sobre una serie de libros que cuentan con una verdadera legión de fans; da igual que no tengamos ni idea de hacer cine, porque todos verán la película y nos forraremos. Personalmente, no seré yo quien vuelva a permitir que Niels Arden Oplev vuelva a torturarme en una sala de cine.

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