sábado, 21 de noviembre de 2009

Luna nueva


Valoración: Mala

Si Crepúsculo me pareció en su día una pésima copia de Roswell, Luna nueva me recuerda demasiado a la primera mitad de El ataque de los clones. Aquellos patéticos momentos en los que todo un Skywalker perdía los papeles por su amor a la princesa Amidala, desvirtuaron en gran parte toda una saga de culto como Star Wars. Creía que pocas veces vería algo tan tremendamente aburrido, ñoño y cursi, sin embargo, lo del inexpresivo Robert Pattinson y Kristen "sólo se poner cara de triste" Stewart es muchísimo peor.

Pero esto es Hollywood. Crepúsculo recaudó, si no estoy mal informado, setenta millones de dólares en su primer fin de semana en Estados Unidos. ¿Cómo no iban a hacer segunda parte? Es lo de siempre: una saga de libros tiene toda una legión de fans (véase Harry Potter o Millenium como ejemplos más recientes); se lleva a cabo la adaptación cinematográfica sin esforzarse demasiado en el guión (total, ¿para qué?, si la van a ver todos) y vóilà, dinerito contante y sonante para unos contentísimos productores, a quienes les ha salido bien el negocio.

Para esta segunda parte se ha sustituido a la mediocre Catherine Hardwicke en la dirección por otro que tampoco es gran cosa: Chris Weitz (La brújula dorada, Un niño grande). Los actores se mantienen y se añaden a la trama dos líneas argumentales que en manos de escritores con cierto talento (por ejemplo Anne Rice) habrían dado mucho juego: los hombres lobo y parte de la historia antigua de los vampiros.

No penséis que la pequeña guerra que mantienen hombres lobo y vampiros se parece en algo a Underworld. Bueno sí, resulta curioso ver al temible Lucien (Michael Sheen) ahora convertido en vampiro, pero nada más. Y en cuanto al pasado vampírico, sin duda lo mejor de la película, como sólo dura unos diez minutos de metraje, no puedo por más que sentirme apesadumbrado al comprobar cómo se ha desaprovechado esta posibilidad. Muy de pasada nos hablan de los poderes de algunos vampiros, mientras que disfrutamos de los brevísimos instantes de la mejor actriz de todo el elenco, Dakota Fanning (El fuego de la venganza), pero nada más.

Mi problema es que me gusta tanto la ficción de vampiros, que me trago cualquier cosa relacionada con ello (y eso que tras finalizar Crepúsculo prometí que no vería su secuela). Así las cosas, me he pasado toda la película esperando a que apareciese el gran Blade, se cargase a estos vampirillos de pacotilla y, de paso, hiciera lo propio con los cutres chavalitos-lobo generados por ordenador.

Habrá tercera parte y, por supuesto, una cuarta (gracias a Dios no hay más libros que adaptar). Si por lo menos contrataran a Joss Whedon veríamos un guión de verdad. Pero me temo que volveremos a padecer diálogos insufribles, repetitivos y rematadamente previsibles. Creo que Jack Bauer debería poner esta peliculita a todos los terroristas que no quieren revelar sus planes. Seguro que cantaban de plano a los diez minutos.

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