viernes, 19 de marzo de 2010

El libro de Eli


Valoración: Pasable

Nueve años llevaban los hermanos Hughes sin dirigir una película. En aquella ocasión estrenaron Desde el infierno, un film que, personalmente, me parece bastante mejorable. Ahora nos ofrecen El libro de Eli, manteniendo ciertas similitudes, a saber: elenco destacable, desarrollo entretenido, fallos de guión y cierta falta de originalidad.

Pero centrémonos en la película que hoy nos ocupa. Actualmente los espectadores nos contentamos con muy poco en el cine. Llegamos a darnos con un canto en los dientes si no nos aburrimos durante una sesión. Claro, todo depende del punto de comparación, ya que esta película habría sido considerada como telefilm en la gran época del cine de acción (entre los años 80 y 90). Sin embargo, teniendo en cuenta que su principal competidora (por aquello del argumento similar) es la insufrible The road, evidentemente El libro de Eli gana muchísimos enteros.


Decía al principio que su desarrollo es entretenido y me reafirmo: dos horas de metraje en las que sólo miras el reloj en el tramo final, no es moco de pavo hoy en día (a eso hemos llegado). Un magnífico Denzel Washington (de lejos lo mejor de toda la producción) nos hará disfrutar con sus aventuras, recorriendo Estados Unidos de este a oeste, a pie, tras un cataclismo nuclear. Washington es un héroe de acción en un mundo post-apocalíptico a lo Mad Max, con muchas reminiscencias al cine del oeste y algún que otro toque de Matrix. Deberá enfrentarse a Gary Oldman, un cacique local (y volvemos al western) que controla la principal fuente de recursos de un poblado: el agua.


La lucha entre ambos sirve para ofrecer un pequeño estudio sobre las religiones y su poder. Toda religión bien entendida se fundamenta en mejorar a la humanidad. Pero mal entendida supone un peligro, un medio para controlar a la población que puede terminar en la extinción humana.


Otros actores conocidos son Mila Kunis (Max Payne), la mítica protagonista de Flashdance Jennifer Beals, el veterano Michael Gambon (Sleepy Hollow, Harry Potter, La profecía...) y el célebre Titus Pullo de la excelente serie de televisión Roma, Ray Stevenson.


Lamentablemente lo peor del film es el final, tan pretencioso como incoherente. Trata de ser algo que sorprenda al espectador, pero sólo consigue que empecemos a pensar en los errores que el guión comete durante todo el metraje (lo explico más abajo, en la zona spoiler, para no desvelar nada a quien no la haya visto).


Es una mala época para los guionistas de cine en general (muy superados por los escritores de libretos televisivos en la década de 2000) y para el género de la acción en particular. Habrá que esperar mejores tiempos.

PD: Iré incluyendo críticas de estrenos con películas que he visto en los últimos meses, a ver si me pongo al día. También retomaré desde hoy el ciclo a Bruce Willis (curiosamente hoy, día del padre, coincide con su cumpleaños así que, ¿qué mejor fecha?). Siento la tardanza.

ZONA SPOILER, no leer si no se ha visto la película:

La gran revelación final de la película es que el personaje de Denzell Washington es ciego, algo totalmente absurdo ya que le hemos visto, entre otras cosas, hacer gala de su gran puntería a distancia. Todo un despropósito.

Además hay algunos fallos de guión, como por ejemplo el hecho de que una niña que jamás ha visto una televisión, por aquello de haber nacido tras la guerra, sepa pilotar con gran soltura un vehículo de ciertas dimensiones. Tampoco se explica la huída de dicha niña de un manantial en el que había sido encerrada por Washington, por el bien de ella. Se supone que es una puerta que sólo se abre desde fuera. La chica aparece sin explicación alguna caminando por el desierto minutos después de su encierro. Y de ninguna manera es entendible que Oldman pase un día entero conduciendo un coche y no consiga atrapar a Washington, que circulaba a pie.

Los errores de guión serían perdonables con un final airoso. Por desgracia, no es el caso.

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