El realizador de películas como Muerte súbita, Timecop o El fin de los días (para que os hagáis una idea, son sus mejores realizaciones), Peter Hyams, ha decidido insultarnos a todos con este remake de la película que en 1956 dirigió Fritz Lang, con resultados absolutamente lamentables.
¿Por qué me siento insultado? Porque ya me estoy hartando de ir al cine a que me tomen el pelo. Para empezar, el formato es más de un telefilme que de una producción cinematográfica en toda regla: poco o nulo aprovechamiento del 16:9, argumento predecible del tipo sobremesa televisiva de domingo, drama sin pasión, importantes errores de guión que dejan aspectos de la historia sin resolver, paupérrima puesta en escena y, sobre todo, la sensación de déjà vu omnipresente en toda la película.
Después está Michael Douglas. No es que su interpretación sea mala, aunque tampoco buena, ya que no aporta ningún matiz distintivo a su personaje de fiscal implacable y digo yo que a un ganador de dos Oscar, es algo que se le podría exigir. De hecho, Douglas está cayendo en los mismos errores que otros actores de gran reputación como Al Pacino, Robert de Niro o Harrison Ford, cuyas intervenciones en productos de calidad muy baja están haciendo un flaco favor a sus actuales carreras, ya que ni ellos mismos se creen las idiosincrasias de sus personajes.
Como he dicho al principio, me parece insultante que un filme de intriga policial (supuestamente va de eso) cuya calidad no daría ni para un episodio de Ley y orden, Bones o cualquiera de trama similar, haya llegado a la gran pantalla. ¡Qué desperdicio!
¿Por qué me siento insultado? Porque ya me estoy hartando de ir al cine a que me tomen el pelo. Para empezar, el formato es más de un telefilme que de una producción cinematográfica en toda regla: poco o nulo aprovechamiento del 16:9, argumento predecible del tipo sobremesa televisiva de domingo, drama sin pasión, importantes errores de guión que dejan aspectos de la historia sin resolver, paupérrima puesta en escena y, sobre todo, la sensación de déjà vu omnipresente en toda la película.
Después está Michael Douglas. No es que su interpretación sea mala, aunque tampoco buena, ya que no aporta ningún matiz distintivo a su personaje de fiscal implacable y digo yo que a un ganador de dos Oscar, es algo que se le podría exigir. De hecho, Douglas está cayendo en los mismos errores que otros actores de gran reputación como Al Pacino, Robert de Niro o Harrison Ford, cuyas intervenciones en productos de calidad muy baja están haciendo un flaco favor a sus actuales carreras, ya que ni ellos mismos se creen las idiosincrasias de sus personajes.
Como he dicho al principio, me parece insultante que un filme de intriga policial (supuestamente va de eso) cuya calidad no daría ni para un episodio de Ley y orden, Bones o cualquiera de trama similar, haya llegado a la gran pantalla. ¡Qué desperdicio!
¡Qué mal que Michael Douglas esté cayendo en este tipo de producciones! Él es uno de mis grandes actores favoritos, me parece una gran presencia en pantalla, un actor muy sólido y carismático... ¡qué pena que esté haciendo cosas que no llegan a igualar ni siquiera a un episodio de "La Ley y el Orden!... Muy buena reseña, por cierto, me apena que Michael haya hecho esto, pero entiendo que la película es muy pobre... en realidad lo único atractivo allí es Michael porque no me espero nada bueno de Jesse Metcalfe ni de Peter Hyams.
ResponderEliminarSaludos,