George Lucas se decidió por fin a acometer el que, en mi opinión, es el proyecto de mayor envergadura y dificultad que se ha propuesto en toda su carrera: contar la historia de personajes del calado de Obi Wan, Darth Vader, Yoda o el malvado Palpatine. Un trabajo así es difícil y encomiable, pero si no se es completamente fiel a lo visto en la trilogía original, lo que desgraciadamente ha sucedido tanto en este "Episodio I" como en el segundo, hace que veamos lo poco que importa el cine en comparación con las expectativas monetarias previstas,
El gran error cometido por Lucas ha sido el de producir una película orientada casi en exclusiva para el público infantil. "Star Wars" era una historia en la que el bien luchaba para imponerse al mal, con traiciones y asesinatos en masa como característica principal del Imperio, enfrentados a los valores de lealtad, amistad y coraje, propios de la Alianza Rebelde. Todo esto difícilmente es entendible para un niño, razón por la cual Lucas podemos afirmar con rotundidad que Lucas se ha comportado como un Lord Sith al traicionar por completo el espíritu de estas películas.
Lo más aberrante de todo este primer relato es el asunto relacionado con los "midiclorianos". La Fuerza siempre había sido algo espiritual, religioso (incluso se llega a asemejar a la madre de Anakin con la Virgen María por la manera de concebir a su hijo). Sin embargo toda esa magia desaparece cuando se convierte en un argumento químico, ya que por lo visto la Fuerza viene determinada por una serie de células; vamos, que es algo más genético que otra cosa, lo cual resulta lamentable, porque sólo con esto ya se han cargado la película.
Pero no es lo único ya que Lucas nos hace pasar a todos vergüenza ajena con ese personaje llamado Jar Jar Binks, del que sólo diré que rápidamente provocó la creación de grupos de fans, mejor dicho, antifans, lo que provocó la ira de Lucas, que creía haber dado la campanada con semejante fantoche.
Y todavía hay más, como el absoluto desperdicio de Darth Maul; podría haber sido un villano de lujo pero claro, con tanto niño en el cine, ¿cómo aprovechar la maldad de este personaje?. Por su parte, si bien Liam Neeson encarna los verdaderos arquetipos de un Jedi, siendo con diferencia lo mejor del film, Ewan McGregor nunca consigue desprender ese aura carismática que poseía el gran Alec Guinness, miniminzando así a uno de los personajes más importantes de toda la trama. Tampoco hay nadie parecido a Han Solo, el verdadero punto de humor de la primera trilogía gracias a sus sutiles e irónicos comentarios, siendo un sinvergüenza de fachada que en realidad escondía un gran corazón en su interior (eso aquí se suple por chistes demasiado infantiles). Y, desde luego, Natalie Portman nunca llega a la categoría de La princesa Leya, por no hablar del mal enfoque acerca de la niñez de Anakin Skywalker.
Es una pena que fuera el propio Lucas quien dirigiera este pequeño desastre; muchos efectos especiales, impresionantes, impactantes, perfectos... Pero en la parte cinematográfica deja mucho que desear. Debió haber hecho como en Indiana Jones, donde contaba con el gran Spielberg, lo que a buen seguro hubiera deparado una buena historia en la que hubiésemos visto como la maldad se apoderaba de un mundo donde reinaba el bien (justo lo contrario que en las tres películas originales).
Así pues, "La amenaza fantasma" es un grave insulto a aquellas magníficas películas, que debería replantear a Lucas el no volver a las facetas de realizador nunca más.
El gran error cometido por Lucas ha sido el de producir una película orientada casi en exclusiva para el público infantil. "Star Wars" era una historia en la que el bien luchaba para imponerse al mal, con traiciones y asesinatos en masa como característica principal del Imperio, enfrentados a los valores de lealtad, amistad y coraje, propios de la Alianza Rebelde. Todo esto difícilmente es entendible para un niño, razón por la cual Lucas podemos afirmar con rotundidad que Lucas se ha comportado como un Lord Sith al traicionar por completo el espíritu de estas películas.
Lo más aberrante de todo este primer relato es el asunto relacionado con los "midiclorianos". La Fuerza siempre había sido algo espiritual, religioso (incluso se llega a asemejar a la madre de Anakin con la Virgen María por la manera de concebir a su hijo). Sin embargo toda esa magia desaparece cuando se convierte en un argumento químico, ya que por lo visto la Fuerza viene determinada por una serie de células; vamos, que es algo más genético que otra cosa, lo cual resulta lamentable, porque sólo con esto ya se han cargado la película.
Pero no es lo único ya que Lucas nos hace pasar a todos vergüenza ajena con ese personaje llamado Jar Jar Binks, del que sólo diré que rápidamente provocó la creación de grupos de fans, mejor dicho, antifans, lo que provocó la ira de Lucas, que creía haber dado la campanada con semejante fantoche.
Y todavía hay más, como el absoluto desperdicio de Darth Maul; podría haber sido un villano de lujo pero claro, con tanto niño en el cine, ¿cómo aprovechar la maldad de este personaje?. Por su parte, si bien Liam Neeson encarna los verdaderos arquetipos de un Jedi, siendo con diferencia lo mejor del film, Ewan McGregor nunca consigue desprender ese aura carismática que poseía el gran Alec Guinness, miniminzando así a uno de los personajes más importantes de toda la trama. Tampoco hay nadie parecido a Han Solo, el verdadero punto de humor de la primera trilogía gracias a sus sutiles e irónicos comentarios, siendo un sinvergüenza de fachada que en realidad escondía un gran corazón en su interior (eso aquí se suple por chistes demasiado infantiles). Y, desde luego, Natalie Portman nunca llega a la categoría de La princesa Leya, por no hablar del mal enfoque acerca de la niñez de Anakin Skywalker.
Es una pena que fuera el propio Lucas quien dirigiera este pequeño desastre; muchos efectos especiales, impresionantes, impactantes, perfectos... Pero en la parte cinematográfica deja mucho que desear. Debió haber hecho como en Indiana Jones, donde contaba con el gran Spielberg, lo que a buen seguro hubiera deparado una buena historia en la que hubiésemos visto como la maldad se apoderaba de un mundo donde reinaba el bien (justo lo contrario que en las tres películas originales).
Así pues, "La amenaza fantasma" es un grave insulto a aquellas magníficas películas, que debería replantear a Lucas el no volver a las facetas de realizador nunca más.
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