Mostrando entradas con la etiqueta Samuel L. Jackson. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Samuel L. Jackson. Mostrar todas las entradas

sábado, 13 de noviembre de 2010

Los otros dos (The other guys)

Valoración: Floja

Cuando alguien realiza una película con el único objetivo de provocar la carcajada en el espectador, debe ser fiel en todo momento a ese espíritu porque, de lo contrario, indefectiblemente meterá la pata y terminará por aburrir. Ése es el principal problema de Los otros dos, film de Adam McKay (Hermanos por pelotas) que comienza muy bien, dada la cantidad de elementos cómicos y gags hilarantes que contiene en sus primeros veinte minutos, pero que va desinflándose poco a poco, al tratar de introducir elementos dramáticos en el desarrollo de sus caracteres principales.

Estamos ante la típica película en la que el argumento es lo de menos, ya que se centra en las posibilidades cómicas de una pareja de policías, que están considerados como los dos mayores patanes de todo su departamento. El problema es que no hay química entre ellos. De hecho la mejor parodia de las buddy movies tipo Arma Letal, la llevan a cabo dos de los secundarios, Dwayne "La Roca" Johnson y Samuel L. Jackson, imitando las locuras que llevaban a cabo Mel Gibson y Danny Glover en la conocida saga de Richard Donner, con la particularidad de que aquí, los personajes encarnados por Johnson y Jackson son premiados por destrozar la ciudad, en lugar de ser suspendidos, como les sucedía a otros policías célebres como Harry Callahan o John McClane.
 
Si los actores de reparto superan a los principales, la cosa no suele pintar muy bien. Mark Wahlberg nunca ha estado especialmente dotado para la comedia (ni para nada que se salga del rol de tipo duro y malhablado) y Will Ferrell posee un humor que, personalmente, siempre termina por hacérseme pesado. No negaré que el guión presenta bárbaras ocurrencias y jocosos comentarios, que me han hecho reír en varias ocasiones, pero su falta de ritmo, unido a que no ha sabido mantenerse fiel al estilo inicial de comedia salvaje y absurda, por intentar dotar de cierta profundidad a sus protagonistas, ha provocado que la película fuera decayendo hasta límites insospechados.

Creo que la premisa inicial daba mucho juego en clave de parodia exagerada, pero no se ha sabido explotar. Las referencias a otras películas han sido muy de pasada y, sinceramente, ninguno de los protagonistas ha logrado acercase, ni de lejos, a la empatía que me provocaron Robert Downey Jr. y Zach Galifianakis en la reciente Salidos de cuentas. Aquélla sí terminó por ser una buddy movie en toda regla. Ésta, desgraciadamente, se ha quedado a medio camino.

sábado, 1 de mayo de 2010

Iron Man 2


Valoración: Buena

En el cine, como en otros ámbitos de la vida, hay quien no sabe perder. Me refiero a todos aquellos mal llamados entendidos que no soportaron el éxito que cosechó Iron Man. Si al menos sus críticas se hubiesen limitado al film en cuestión, lo habría respetado por aquello de la libertad de expresión. Pero la nueva moda es insultar a los espectadores que difieren en sus gustos... Menudas libertades se toman algunos.

Una de las grandezas del cine es su variedad de géneros. Todo buen cinéfilo entenderá que se esperan cosas diferentes de un drama histórico que de una película de James Bond. Sin embargo, hay quienes se tienen a menos de decir que una película de acción es buena. ¿Sabéis qué? Si no saben disfrutar, peor para ellos.

Dicho esto, ¿cuales son los requisitos para considerar, de forma más o menos objetiva, que una película de superhéroes es buena? Diría que espectaculares efectos especiales, un héroe carismático, un gran villano, una historia entretenida y un ritmo de narración elevado. Resulta que Iron Man 2 los cumple todos a excepción del villano, interpretado por un avejentado Mickey Rourke que poco puede hacer ante un guión volcado claramente en el protagonista bueno.

Pero ¿quién soy yo para criticar a Justin Theroux? El escritor de la divertidísima Tropic Thunder basa gran parte de su libreto en Robert Downey Jr. por una sencilla razón: es un intérprete que vale su peso en oro. Hace falta mucho talento para enganchar al público en una película de acción, de ahí que siempre valore tanto el trabajo de Bruce Willis dentro de este género. Y Robert Downey Jr. lo consigue de principio a fin. Su mezcla de playboy y superhéroe, por un lado simpático, bromista, ligón, engreído, sarcástico y borrachín y por otro el gran salvador de la humanidad con un corazón enorme, harán las delicias de todos los públicos.

Disfrutar tanto del protagonista hace que otros personajes, que podrían haber dado mucho más de sí, resulten un tanto desaprovechados al sacrificar minutos en pantalla en favor del lucimiento de este atrayente Iron Man. Es el caso de los caracteres representados por Gwyneth Paltrow, Samuel L. Jackson, Scarlett Johanson y el ya comentado Mickey Rourke. Pero claro, la película tampoco puede durar cuatro horas y ¿qué queréis que os diga? El espectáculo llevado a cabo por Robert Downey Jr. merece la pena.

Ésa es la palabra que define toda esta producción: espectáculo. Con un poderoso inicio de impactante factura visual, aderezado por los acordes de los míticos AC/DC, el film comienza a calar en el espectador. El director Jon Favreau, sabedor del éxito de la primera parte, continúa en ese tono hasta el final de la película, por lo que podríamos resumirla como un divertimento de primera magnitud, una fascinante sucesión de secuencias deslumbrantes, con varios guiños a la Marvel y, sobre todo, con la sensación de que, con un poquito de esfuerzo, el cine de acción y efectos especiales no tiene por qué ser de baja calidad.

¿Habrá tercera parte? Si es como las dos primeras, me apunto.

viernes, 29 de mayo de 2009

El protegido

Valoración: Excelente

M. Night Shyamalan dirigió en el año 2000 la mejor película que jamás se haya hecho basada en el mundo del cómic, El protegido, filme incomprendido donde los haya que con el paso del tiempo parece que va ganando adeptos, hasta el punto de llegar al reconocimiento de clásico.

De ritmo lento, el argumento es muy diferente a lo que hoy en día se intuye sobre las películas de superhéroes. Shyamalan, muy al contrario de los esquemas dictados por Marvel o DC, trata de acercar este mundo a la realidad, alejándose por completo de proyectos similares absolutamente contaminados por la cultura del video-clip. Para ello utiliza un lenguaje muy próximo a la vida cotidiana, como los conflictos familiares o los problemas de identidad del protagonista, un inconmensurable Bruce Willis que volvió a dejar atónitos a todos aquellos que no creían en su capacidad interpretativa. Y es que, si el protagonista de La jungla de cristal tiene una gracia sin igual a la hora despachar a terroristas a diestro y siniestro, mientras suelta la chulería de turno en sus películas de acción, aquí, cuando se pone el chubasquero, impresiona mucho más que cualquier personaje ataviado con traje de licra y capa, moviéndose en la línea de realidad ya comentada, pues nada impacta más que las cosas que sentimos cercanas y posibles.

Con respecto al resto del reparto, la calidez y humanidad de los personajes interpretados por la estupenda Robin Wright Penn y Spencer Treat Clark (esposa e hijo del protagonista) contrastan con la oscura y fría personalidad de Samuel L. Jackson, que encarna a la perfección a un solitario y enfermizo coleccionista de comics que encierra una terrible verdad.

Con su estilo particular, Shyamalan dosifica la información para que, poco a poco, vaya calando en el espectador. Destilando talento en cada toma, el director intercala precisos planos secuenciales con ángulos muy difíciles de conseguir, demostrando un dominio de la puesta en escena impagable. Perfectamente ambientada y plagada de simbología en continuo homenaje a los comics, la trama va en aumento, creando un inquietante clima que aumenta paulatinamente el interés por saber cómo terminará todo, culminado por una espectacular última media hora en la que todas las piezas encajan a la perfección.

Si por algo destaca esta producción es por su elegancia y sobriedad: un impecable despliegue visual y sonoro (la banda sonora de James Newton Howard está utilizada con suma inteligencia) con cierto aire de melancolía (a lo que contribuye la fotografía de Eduardo Serra) y aterradora atmósfera, que mantiene sabiamente el suspense hasta llegar al clímax final, con una de esas revelaciones que deja al espectador clavado en el asiento.

Corren rumores de una segunda parte, no en vano, El protegido fue concebido como una trilogía. Ojalá sea cierto y Shyamalan vuelva por la senda de sus éxitos. En El sexto sentido, El protegido y Señales demostró ser un cineasta genial. En El bosque, La joven del agua y El incidente, el genio pareció apagarse. Esperemos que vuelva a salir de la lámpara.

martes, 26 de mayo de 2009

La Jungla de Cristal III: La venganza

Valoración: Excelente

En 1995 John McTiernan retomó la saga Jungla de Cristal con esta tercera parte la cual, a modo de introducción, podríamos decir que es mejor que la segunda, pero inferior a la original.

El filme trata de salirse un poco de las dos partes anteriores. Primero fue un edificio, después un aeropuerto... Elegir un nuevo espacio cerrado parecía repetitivo, así que se decidió que la acción transcurriese en la ciudad de Nueva York y en otra época que no fuese Navidad.

Pero no es el único cambio. Esta tercera parte se podría considerar una "buddy movie" ya que Bruce Willis no estará solo, al contar con la ayuda de un divertidísimo Samuel L. Jackson, que conferirá al filme un mayor toque cómico que en los anteriores. En concreto, las reacciones de éste ante las animaladas que irá cometiendo sucesivamente John McClane, no tienen precio.

Una de las señas de identidad de esta serie ha sido la magnífica elección que se ha hecho de los villanos (exceptuando, evidentemente, la cuarta parte). Aquí le tocó al insigne Jeremy Irons, que interpretó de forma sublime al malvado hermano de Hans Gruber (Alan Rickman en el filme original) que clama venganza, aunque en realidad, oculta un sofisticado e inteligente plan para obtener sus fines verdaderos.

El trabajo de los tres intérpretes es sublime. Bruce Willis sigue haciendo las delicias del espectador con su rol de antihéroe macarra y chulesco, siempre capaz de conseguir el más difícil todavía. Irons se convierte en un villano de altura, uno de esos tipos capaces de aplastar a uno sólo por mirarlos mal y Jackson pone el contrapunto cómico, de forma que la interacción entre los tres funciona a las mil maravillas.

Además, la vuelta tras las cámaras de McTiernan aumenta la calidad del filme en aspectos como la trepidante agilidad narrativa de la trama, la altísima calidad técnica de las numerosas y espectaculares secuencias de acción y la magnífica dirección de actores.

Poco más podemos decir de esta auténtica joya, cuyo ritmo frenético, trasfondo cómico y perfecta puesta en escena harán las delicias de todo aquel que la vea. Tuvo tanto éxito que rápidamente surgieron rumores de una cuarta, la cual se haría de rogar, ya que sería estrenada doce años después.

lunes, 11 de mayo de 2009

Pulp Fiction

Valoración: Excelente

El irreverente Quentin Tarantino alcanzó su cima cinematográfica con esta excelente película, propia de un auténtico genio. Tarantino demostró no sólo ser un hábil realizador, impartiendo lecciones con la cámara en todos y cada uno de los muchos planos secuenciales que se dan en todo el film, sino también ser un escritor de altura, con un guión que hizo del flashback una auténtica obra de arte. La forma de alterar la secuencia cronológica del relato conectando diferentes momentos para después trasladar la acción al pasado es sublime, de forma que el espectador quedará maravillado ante las repentinas vueltas hacia atrás en el tiempo de varios de sus personajes.

Tarantino crea una original historia de cine negro con todos los elementos clásicos del género como asesinos, boxeo, drogas, mujeres fatales... Combinados todos ellos hábilmente para confeccionar una incontrolable espiral de violencia, la cual es el leit motiv de todo el film.

Pero aún no hemos llegado a lo mejor de Pulp fiction, que es la excelente y ocurrente manera de generar secuencias de un dramatismo absoluto con inteligentísimos toques de humor, hecho este que convierte al film de Tarantino en una de las mejores películas en la historia del Séptimo Arte.

Otro de los méritos del maestro Tarantino fue reunir un reparto coral con actores de primera línea, con lo que confirió mayor majestuosidad a su obra. Si bien la crítica internacional alabó el buen hacer de John Travolta, realmente son tres los personajes que más llaman la atención, con una calidad interpretativa que no dejó indiferente a nadie: Samuel L. Jackson como un despiadado gangster que tiene un momento de lucidez en su vida, Bruce Willis como un veterano boxeador que se introduce en un juego muy peligroso y Harvey Keitel, en un rol secundario, como un ocurrente empleado de limpieza que trabaja para el capo de la mafia local. La dificultad de definir a la perfección todos y cada uno de los muchos personajes que abarrotan el film, es otro mérito del guión que fue galardonado con un premio de la Academia.

Por último, tenemos esos pequeños detalles que hacen de Tarantino un ser único. No me refiero sólo a la perfecta ambientación y a la inigualable y exitosa banda sonora, sino a ciertas sorpresas a las que suele recurrir como, por ejemplo, inventar una marca propia de tabaco o hacer cavilar a todo el mundo sobre el contenido de cierto maletín, que ha llegado a generar montones de blogs en internet especulando sobre el mismo.

Así pues, una magistral película que se vio injustamente ninguneada en la edición de los Oscar de 1995, en la cual este film junto con Cadena Perpetua de Frank Darabont merecieron haberse repartido la totalidad de las estatuillas doradas, pero los necios miembros de la Academia no supieron negarse a su patriotismo ante la historia narrada por la sobrevalorada Forrest Gump. Injusticias en los Oscar ha habido siempre; afortunadamente la repercusión de Pulp fiction no dejó lugar a la duda ante su inmensa calidad.

sábado, 27 de diciembre de 2008

The Spirit

Valoración: Mala

Parece ser que el impecable peliculón con el que el señor Clint Eastwood nos deleitó hace unos días, sólo es una gota de calidad en el océano de mediocridad en que se ha convertido el 2008. Para refutar esta opinión llega Frank Miller con "The Spirit", adaptación al cine del famoso cómic de Will Eisner. El difunto historietista norteamericano, primero en concebir el formato "novela gráfica", debe de estar removiéndose en su tumba al comprobar cómo Miller destroza el espíritu de un personaje que originalmente era un defensor enmascarado sin ningún tipo de superpoderes, convertido aquí en parodia de un superhéroe corriente, que debe enfrentarse al supervillano más memo de todos los tiempos, en la piel de Samuel L. Jackson, de forma que el estilo de novela negra queda devaluado hasta límites insospechados (por no hablar de la incongruencia que supone ver a un hombre de raza negra enfundado en un uniforme de oficial nazi).

Toda la filmación se basa en el estilo visual de "Sin City" o "300", obviando elementos tan importantes como guión o interpretación. Así, tenemos a un montón de conocidos actores que no saben muy bien qué hacer con sus vacuos personajes. Curiosamente el menos conocido de todos es el protagonista, Gabriel Macht, que palidece al enfrentarse a Eva Mendes, Scarlett Johansson, el mencionado Samuel L. Jackson o dos de los intérpretes de la serie más impactante de la historia de la televisión, "24": Eric Balfour y un pesadísimo Louis Lombardi.

"Sin City" funcionó porque el director era Robert Rodríguez, pero Frank Miller ha demostrado, con "The Spirit", que esto del cine le viene muy grande. A pesar de ello amenaza con dirigir dos secuelas de la película a la que antes he hecho referencia (Sin City)... ¿Podrá el sufrido espectador resistirse a los brazos de Morfeo?

lunes, 1 de septiembre de 2008

La venganza de los Sith

Valoración: Notable

Buen colofón a la segunda trilogía de Star Wars con la mejor película de las tres. En esta ocasión, Lucas ha sido fiel al espíritu de la primera trilogía, confiriendo más importancia a los personajes y al asunto central (el bien contra el mal) que a las ridículas y poco creíbles historietas que vimos en Episodio I y II. A pesar de que uno nunca termina de creer que McGregor sea el gran Obi Wan que fue en su día Alec Guinness y que Christensen sigue sin tener el carisma que procedería en un personaje de tal envergadura como el suyo, la película introduce al espectador en el mundo de la primera trilogía mediante un guión que enlaza ambas sagas, con espectaculares duelos a espada láser y dejando claro de una vez el papel que representará cada personaje en el desenlace final de la historia.

Los momentos de tensión e incluso terror llegan a su clímax con la exterminación de los Jedi, quizá el único instante en que Christensen se salva de su quema particular. Y qué decir de los efectos especiales... Sin duda, marcarán época.

Por fin vemos a un Yoda protagonista, un ser que da una falsa idea de endeblez física pues resulta ser el Jedi más poderoso de todos, más fuerte incluso que Palpatine. También llegaremos al ansiado momento en que Anakin se convierte en Vader, un tanto desaprovechado en su desarrollo, pero tan esperado que cuando volvemos a ver al mítico villano de la trilogía original, con la voz de Constantino Romero y sus costosas y aterradoras respiraciones, uno no puede por menos que aplaudir.

Otro de los fallos de la película (en mi opinión bastante importante) es que las edades de algunos caracteres no cuadran con las historias contadas en los episodios 4, 5 y 6. De la misma manera, no hacer ningún tipo de referencia a todo un exponente de la saga como Han Solo (y eso que aparece incluso su fiel compañero Chewbacca) me parece de lo más inapropiado.

En líneas generales, estos tres episodios han decepcionado un tanto. Afortunadamente lo mejor ha llegado al final, con lo que nos quedamos con un relativo buen sabor de boca, que seguro mejorará cuando volvamos a ver los films originales.

domingo, 31 de agosto de 2008

El ataque de los clones

Valoración: Interesante

Tras la decepcionante "La amenaza fantasma", Lucas vuelve a la carga otra vez como director y guionista en "El ataque de los clones", con una pequeña venganza para el público, pues si bien reduce ampliamente la aparición del infame Jar Jar Binks, lo convierte en un personaje clave para el futuro emperador Palpatine. Pero vamos con la película.

La primera hora de metraje es, con diferencia, lo peor de los seis films. Nunca Obi Wan había caído más bajo, gracias a la paupérrima labor de Lucas en el guión, pues en todo momento Anakin parece el maestro mientras que Kenobi se convierte en una mera comparsa. Pero lo peor es el maltrato a quien debería haber sido el mejor personaje de toda la saga, Anakin Skywalker/Darth Vader, un atentado en toda regla al buen gusto: por un lado el actor elegido es el pésimo intérprete Hayden Christensen, incapaz de transmitir cualquier tipo de sentimiento sin que el espectador se eche a reír (o a llorar, depende de cuánto valore uno Star Wars). Christensen carece por completo de carisma (y eso que hablamos de quien traerá el equilibrio a la fuerza) y de registros interpretativos, por lo que más parece una parodia del gran Vader que otra cosa. Por su parte, Ewan McGregor sigue sin dar la talla como Obi Wan (tanto en centímetros como en presencia en pantalla), lo mismo que la historia en sí, que pasa primero por ser una nefasta copia de "El quinto elemento", para llegar a una historia de amor de esas que producen vergüenza ajena, sin chispa, sin química y con todos los elementos cursis y penosos que uno pueda imaginar.

El caso es que ni Anakin es el gran hombre a quien se refería Alec Guinness en "El imperio contraataca" en una de sus conversaciones con el joven Luke ni Obi Wan parece ese gran Jedi que tan fantásticamente encarnó el mencionado Guinness. Aunque no son los únicos personajes emblemáticos a quienes se cargan, porque ver volar por los aires al mítico R2 como si fuera un muñeco de feria, es posiblemente la peor idea que ha tenido Lucas en su vida.

Afortunadamente todo cambia en la segunda hora de película. Por fin vemos una historia coherente con lo que uno espera de "La guerra de las galaxias": la aparición de un extraño ejército, una terrible e inteligente conspiración de los Sith, una batalla colosal y, por fin, la representación del bien contra el mal narrada a partir de ciertos personajes de gran calidad como los maestros Yoda y Windu (Samuel L. Jackson sí da el porte de gran Jedi) por parte del bien como el conde Dooku y Palpatine por el lado del mal.

Por fin Lucas se olvida del público infantil y nos empieza a mostrar la terrible y peligrosa maldad que envuelve el reverso tenebroso de la Fuerza, capaz de atraer incluso a Jedis ya consagrados. Es el caso de Christopher Lee, como siempre, magnífico en su rol de villano, igual que Ian McDiarmid, que sabe dotar perfectamente a su caracter de ese cinismo encerrado que poseen aquellos traidores que están a punto de asestar su golpe definitivo.

Además, el hecho de ver por fin a un nutrido grupo de Jedis en acción, con su sable de luz en una lucha agotadora contra un enemigo muy superior en número, consigue que lleguemos a olvidar el sobrecogedor patetismo vivido en la primera hora, lo cual ya es bastante, además de introducirnos por fin en lo que todos esperábamos, a priori, de esta nueva trilogía.

sábado, 30 de agosto de 2008

La amenaza fantasma

Valoración: Pasable

George Lucas se decidió por fin a acometer el que, en mi opinión, es el proyecto de mayor envergadura y dificultad que se ha propuesto en toda su carrera: contar la historia de personajes del calado de Obi Wan, Darth Vader, Yoda o el malvado Palpatine. Un trabajo así es difícil y encomiable, pero si no se es completamente fiel a lo visto en la trilogía original, lo que desgraciadamente ha sucedido tanto en este "Episodio I" como en el segundo, hace que veamos lo poco que importa el cine en comparación con las expectativas monetarias previstas,

El gran error cometido por Lucas ha sido el de producir una película orientada casi en exclusiva para el público infantil. "Star Wars" era una historia en la que el bien luchaba para imponerse al mal, con traiciones y asesinatos en masa como característica principal del Imperio, enfrentados a los valores de lealtad, amistad y coraje, propios de la Alianza Rebelde. Todo esto difícilmente es entendible para un niño, razón por la cual Lucas podemos afirmar con rotundidad que Lucas se ha comportado como un Lord Sith al traicionar por completo el espíritu de estas películas.

Lo más aberrante de todo este primer relato es el asunto relacionado con los "midiclorianos". La Fuerza siempre había sido algo espiritual, religioso (incluso se llega a asemejar a la madre de Anakin con la Virgen María por la manera de concebir a su hijo). Sin embargo toda esa magia desaparece cuando se convierte en un argumento químico, ya que por lo visto la Fuerza viene determinada por una serie de células; vamos, que es algo más genético que otra cosa, lo cual resulta lamentable, porque sólo con esto ya se han cargado la película.

Pero no es lo único ya que Lucas nos hace pasar a todos vergüenza ajena con ese personaje llamado Jar Jar Binks, del que sólo diré que rápidamente provocó la creación de grupos de fans, mejor dicho, antifans, lo que provocó la ira de Lucas, que creía haber dado la campanada con semejante fantoche.

Y todavía hay más, como el absoluto desperdicio de Darth Maul; podría haber sido un villano de lujo pero claro, con tanto niño en el cine, ¿cómo aprovechar la maldad de este personaje?. Por su parte, si bien Liam Neeson encarna los verdaderos arquetipos de un Jedi, siendo con diferencia lo mejor del film, Ewan McGregor nunca consigue desprender ese aura carismática que poseía el gran Alec Guinness, miniminzando así a uno de los personajes más importantes de toda la trama. Tampoco hay nadie parecido a Han Solo, el verdadero punto de humor de la primera trilogía gracias a sus sutiles e irónicos comentarios, siendo un sinvergüenza de fachada que en realidad escondía un gran corazón en su interior (eso aquí se suple por chistes demasiado infantiles). Y, desde luego, Natalie Portman nunca llega a la categoría de La princesa Leya, por no hablar del mal enfoque acerca de la niñez de Anakin Skywalker.

Es una pena que fuera el propio Lucas quien dirigiera este pequeño desastre; muchos efectos especiales, impresionantes, impactantes, perfectos... Pero en la parte cinematográfica deja mucho que desear. Debió haber hecho como en Indiana Jones, donde contaba con el gran Spielberg, lo que a buen seguro hubiera deparado una buena historia en la que hubiésemos visto como la maldad se apoderaba de un mundo donde reinaba el bien (justo lo contrario que en las tres películas originales).

Así pues, "La amenaza fantasma" es un grave insulto a aquellas magníficas películas, que debería replantear a Lucas el no volver a las facetas de realizador nunca más.