viernes, 15 de agosto de 2008

El caballero oscuro (The dark knight)

Valoración: Notable

Christopher Nolan consiguió, hace tres años, filmar la mejor película de Batman de todos los tiempos, lo que nos hacía concebir grandes expectativas para esta segunda parte sobre el superhéroe de la DC Comics y a fe que no nos ha defraudado, pues, una vez más, el relato concebido por ese pequeño genio llamado David S. Goyer (trilogía de Blade) con guión del propio Nolan puede calificarse como sublime.

Siempre he defendido la idea de que el cine sirve para contar historias por lo que unos efectos especiales, por buenos que sean, jamás podrán sustituir un buen argumento. Afortunadamente en "El caballero oscuro" tenemos ambas cosas, además de interpretaciones de altura y una impecable puesta en escena, tanto en decorados como en localizaciones y vertiginosos planos aéreos que ayudan a agrandar la dimensión de esta superproducción.

El ritmo de la trama es el adecuado para una película tan larga. Hay muchas cosas que contar ya que, al igual que en la primera entrega, definir con maestría los muchos personajes que aparecen requiere bastantes minutos. En este sentido, si con "Batman begins" tuvimos la oportunidad de conocer a Bruce Wayne antes de convertirse en el justiciero de Gotham, esta vez le ha tocado el turno a Harvey "dos caras" Dent. La conversión que tanto Aaron Eckhart como la historia hacen de un hombre honesto y puro en alguien poseído por la rabia y la maldad no tiene precio, mostrándose muy superior a la chapuza que llevó a cabo Tommy Lee Jones con el mismo personaje en "Batman Forever". De hecho Eckhart demuestra una dura verdad al ser comparado con el villano protagonista de la película: la diferencia entre un buen actor y otro del montón.

Siento mucho la trágica muerte de Heath Ledger, pero no por ello voy a otorgarle méritos que no merece. Su tratamiento del psicópata Joker deja mucho que desear y eso que los kilos de maquillaje, el buen trabajo en la dirección y el soberbio guión tapan muchas de sus carencias interpretativas. Pero, aún así, Ledger desaprovecha todas las posibilidades que tan bien explotó en su día el gran Jack Nicholson, demostrando carecer del talento necesario que requiere un personaje de este calibre.

De Bale, Freeman, Oldman y Caine poco hay que decir: siguen en la extraordinaria línea del film anterior. Destacaremos cómo Christian Bale va profundizando en el alma de un Batman que no está seguro acerca de su rol en Gotham, pues duda seriamente sobre su capacidad para hacer el bien. La oscuridad sigue patente en un hombre atormentado que, por mucho que lo intente, nunca se sentirá un héroe.

El último comentario con respecto al elenco es la hábil sustitución de la negada Katie Holmes por una actriz superior, Maggie Gyllenhaal y la intervención en roles secundarios de actores de fama televisiva en este momento como William Fichtner (Prison Break), Nestor Carbonell (Perdidos) o Anthony Michael Hall (La zona muerta) así como la aparición del hermano de Julia Roberts (el segundo peor intérprete de este reparto) y Ron Dean, un actor casi fetiche para Andrew Davis (El fugitivo).

En definitiva, una buena historia que conjuga una trama de cine negro dentro del subgénero de la mafia con superhéroes, psicópatas y la eterna lucha entre el bien y el mal. En una palabra, lo que cualquiera definiría como una película redonda.

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