El primer y más significativo boy scout solitario en la gran pantalla fue Gary Cooper en Solo ante el peligro, aunque si nos ceñimos a lo que los críticos denominan época moderna, dos son los máximos exponentes en este tipo de rol: Bruce Willis en el cine y Kiefer Sutherland en la televisión.
Willis protagonizó la mejor película existente de este estilo con El último boy scout (de donde evidentemente he sacado el nombre). Aunque perfectamente se podría decir que su personaje de John McClane en la saga Jungla de cristal es una extensión del protagonista de la película citada. Del gran Kiefer Sutherland y su Jack Bauer poco hay que decir, pues a estas alturas todo el mundo sabe que es el mejor personaje en la historia de la pequeña pantalla. Sólo hay una diferencia entre Willis y Sutherland: el primero es un chulo de primera, cualidad que aprovecha muy bien para sacar ventaja ante situaciones imposibles exasperando a los villanos de turno mientras que el otro, frío como el hielo, tiene su máxima habilidad en meter el miedo en el cuerpo a cualquier mortal. Eso sí: ambos se saltan todas las reglas existentes para lograr su fin, que no es otro que acabar con todos los malos.
Entre medio de estos dos podríamos situar a Denzel Washington en El fuego de la venganza, con un personaje que sabe conjugar la ironía y cinismo de Willis con la habilidad para torturar de mister Bauer, en una impresionante película de Tony Scott que maravilló a propios y extraños.
¿Por qué una introducción tan larga? Muy sencillo: hay muy poco que contar acerca de Venganza. De hecho, podríamos resumir dicho film en una frase: si te gusta Jack Bauer, no te la pierdas; en caso contrario, elige otra película. Y es que este largometraje de Pierre Morel se basa única y exclusivamente en la magnífica interpretación de Liam Neeson acerca de un padre que debe recuperar a su única hija de un secuestro en Europa. Neeson tortura, sacude y mata a todo aquel que se le pone por medio... Y ya está. Es decir, igual que en 24 sólo que sin guión. Para recordar más a esta gran serie (para muchos la mejor de todos los tiempos) alguna tortura es casi calcada, lo mismo que una espectacular persecución en coche (para establecer la comparación es necesario ver el previo de la quinta temporada) por no hablar de la presencia de Xander Berkeley (el ecléctico y agobiante jefe de Bauer, George Mason).
Por lo demás, si bien la historia no funciona como thriller por aquello de su previsibilidad, se nota que Pierre Morel fue director de fotografía de Danny de dog y Transporter, pues sus secuencias de lucha, a pesar de que recuerdan mucho a la trilogía de Bourne por la capacidad del protagonista a la hora de ejecutar todo tipo de limpias llaves y precisos golpes mortales en sus rivales, la cámara está lo suficientemente alejada para que no perdamos detalle con mareantes primeros planos.
¿Cine de calidad? Más bien no. ¿Acción muy bien hecha de la mano de un extraordinario Neeson que convierte la película en bastante entretenida? Sí. Así que, ya sabéis lo que hay.
Willis protagonizó la mejor película existente de este estilo con El último boy scout (de donde evidentemente he sacado el nombre). Aunque perfectamente se podría decir que su personaje de John McClane en la saga Jungla de cristal es una extensión del protagonista de la película citada. Del gran Kiefer Sutherland y su Jack Bauer poco hay que decir, pues a estas alturas todo el mundo sabe que es el mejor personaje en la historia de la pequeña pantalla. Sólo hay una diferencia entre Willis y Sutherland: el primero es un chulo de primera, cualidad que aprovecha muy bien para sacar ventaja ante situaciones imposibles exasperando a los villanos de turno mientras que el otro, frío como el hielo, tiene su máxima habilidad en meter el miedo en el cuerpo a cualquier mortal. Eso sí: ambos se saltan todas las reglas existentes para lograr su fin, que no es otro que acabar con todos los malos.
Entre medio de estos dos podríamos situar a Denzel Washington en El fuego de la venganza, con un personaje que sabe conjugar la ironía y cinismo de Willis con la habilidad para torturar de mister Bauer, en una impresionante película de Tony Scott que maravilló a propios y extraños.
¿Por qué una introducción tan larga? Muy sencillo: hay muy poco que contar acerca de Venganza. De hecho, podríamos resumir dicho film en una frase: si te gusta Jack Bauer, no te la pierdas; en caso contrario, elige otra película. Y es que este largometraje de Pierre Morel se basa única y exclusivamente en la magnífica interpretación de Liam Neeson acerca de un padre que debe recuperar a su única hija de un secuestro en Europa. Neeson tortura, sacude y mata a todo aquel que se le pone por medio... Y ya está. Es decir, igual que en 24 sólo que sin guión. Para recordar más a esta gran serie (para muchos la mejor de todos los tiempos) alguna tortura es casi calcada, lo mismo que una espectacular persecución en coche (para establecer la comparación es necesario ver el previo de la quinta temporada) por no hablar de la presencia de Xander Berkeley (el ecléctico y agobiante jefe de Bauer, George Mason).
Por lo demás, si bien la historia no funciona como thriller por aquello de su previsibilidad, se nota que Pierre Morel fue director de fotografía de Danny de dog y Transporter, pues sus secuencias de lucha, a pesar de que recuerdan mucho a la trilogía de Bourne por la capacidad del protagonista a la hora de ejecutar todo tipo de limpias llaves y precisos golpes mortales en sus rivales, la cámara está lo suficientemente alejada para que no perdamos detalle con mareantes primeros planos.
¿Cine de calidad? Más bien no. ¿Acción muy bien hecha de la mano de un extraordinario Neeson que convierte la película en bastante entretenida? Sí. Así que, ya sabéis lo que hay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario