martes, 3 de agosto de 2010

Las vidas posibles de Mr. Nobody


Valoración: Notable

El belga Jaco Van Dormael (Toto el héroe, El octavo día) escribe y dirige, tras pasar trece años desde su último trabajo, Las vidas posibles de Mr. Nobody, una película que podríamos adjetivar de muy diferentes modos: bella, que digo bella, bellísima en las formas, los colores y la estética en general; pretenciosa y ambiciosa en su búsqueda del sentido de la vida; por último complicada, dada su compleja estructura circular que nos narrará las posibles vidas de un personaje, Mr. Nobody, en función de las decisiones tomadas en cada bifurcación que le ofrece la vida.

Una película como ésta tiene una labor más que encomiable en el apartado de montaje. La historia no es lineal, entre otras cosas porque no es posible narrarla de esa manera. En la vida hay múltiples elecciones, por lo que seremos testigos de varias vidas paralelas y de cómo éstas se van desarrollando. Aquí el guión aprovecha mitos como el célebre "efecto mariposa", para explicar que pequeños acontecimientos pueden derivar en cambios radicales, o la eterna búsqueda del sentido de la vida, entremezclando explicaciones científicas como la teoría de cuerdas o el Big Bang, con visiones espirituales sobre la vida, la muerte y el más allá.

Van Dormael utiliza una figura que me encanta: un periodista (Daniel Mays, visto en películas como Expiación, más allá de la pasión o La vida secreta de las palabras) que entrevista a Mr. Nobody cuando éste acaba de cumplir 118 años, en un mundo futuro en el que la ciencia ficción aparece en escena. Dicho periodista es el hombre cabal, una persona racional que intenta comprender cómo es posible que Mr. Nobody haya podido coexistir en diferentes realidades, de forma que en muchos casos, el espectador conectará con él, al encontrarse igual de perdido ante tal cantidad de vivencias.

Además de la elección, el libreto explota sentimientos como la angustia, la incertidumbre, el amor, la pasión, la pena e incluso la locura y la cordura, pues se mueve por unos derroteros en los que es fácil confundir la realidad, la imaginación y el mundo de los sueños. Aunque bien podríamos decir que el relato es una pregunta constante acerca de todo, de tal manera que conseguirá hacer reflexionar al público sobre muchos aspectos de la vida. Y hoy en día encontrar en el cine una película que te haga pensar, es todo un hallazgo.

Sobre el elenco, decir que todos están fantásticos. Jared Leto (Alejandro Magno, Réquiem por un sueño) es Nemo Nobody, el protagonista. El curioso nombre me parece acertadísimo: por un lado la referencia al Capitán Nemo, un gran viajero y por otro, Nobody ("nadie" en inglés) reflexiona acerca de uno de los pensamientos que fluyen por el elaborado guión: ¿realmente existimos? Leto está acompañado por la bellísima Diane Kruger (Malditos bastardos, Troya) que sustituyó a Eva Green (Casino Royale, El reino de los cielos) a mitad de rodaje, de ahí que luzca morena en lugar de su rubio habitual. Otros destacados son Sarah Polley (Splice, Amanecer de los muertos) o Rhys Ifans (Equipo a la fuerza, Notting Hill) un actor al que estoy acostumbrado a ver en comedia y que aquí se muestra realmente solvente en un rol netamente dramático.

No es la primera vez que en una película se juega con vidas paralelas a partir de una elección. Ahora mismo me viene a la cabeza Dos vidas en un instante de Peter Howitt, protagonizada por Gwyneth Paltrow, aunque el desarrollo de ésta es mucho más simple y, también, mucho menos pretencioso. Aún así, creo que el film de Van Dormael rebosa originalidad y talento.

El desenlace final puede que no convenza a todo el mundo. Uno no sabe a qué atenerse, ya que la película se mueve a caballo entre la ciencia ficción, el drama y el romance, de ahí que a algunos les resultará algo tramposo y a otros excesivamente facilón. Puede que tenga algo de ambas cosas, pero es coherente con toda la trama, así que me atreveré a tildarlo como satisfactorio.

A modo de resumen final, diré que Las vidas posibles de Mr. Nobody me parece un film fascinante, en el que la bella factura visual no se emplea únicamente como adorno (los colores, por ejemplo, tienen su símbolo y su significado) y su enrevesado guión busca entre los entresijos de la humanidad, generando todo tipo de preguntas que serán respondidas, únicamente, por el respetable. En mi opinión, la gran sorpresa cinematográfica de 2010.

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