lunes, 26 de julio de 2010

Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy


Valoración: Floja

Un año después del gran éxito cosechado por Pesadilla en Elm Street, la productora New Line Cinema sacó la secuela, un film que, personalmente, me parece el peor de toda la saga. La razón es muy simple: se pierde por completo la esencia del personaje.

¿Qué diferenciaba a Krueger de Jason o Michael Myers? Su ámbito de trabajo: los sueños. Sin embargo en esta película se pierde por completo el espíritu de la original, aquello que la convirtió en film de culto, ya que Krueger se pasa a la posesión, introduciéndose en la mente de un joven a quien le obliga a cometer asesinatos por doquier, pero no dentro de los sueños, sino en la vida real.

Tal fue el cambio sufrido por el personaje que el propio Wes Craven, cuando leyó el guión, se negó a dirigir La venganza de Freddy. En su lugar New Line contrató a Jack Sholder, que venía de dirigir la discreta Sólos en la oscuridad y que nunca supo estar a la altura de las cotas de tensión alcanzadas por Craven un año antes. También está la pérdida de cinismo y humor macabro del protagonista, con lo que Freddy pasó de ser un mito a convertirse en un matón más.

Otro error fue sustituir la formidable banda sonora de Charles Bernstein por las composiciones musicales de Paul Franciss Witt.

Pasarían dos años hasta la siguiente entrega de Freddy Krueger la cual, afortunadamente, volvió, con mayor o menor acierto, a los cánones establecidos por Craven en el film original.

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