jueves, 19 de agosto de 2010

Te quiero, tío


Valoración: Interesante

En los últimos años, son típicas las comedias sobre los treintañeros y sus crisis de madurez, de las que Resacón en Las Vegas es, en mi humilde opinión, el gran referente. Te quiero, tío adopta cosas del subgénero mencionado y del buddy movie, con un argumento un tanto peculiar: un hombre, a punto de contraer matrimonio, se da cuenta de que sus mejores amistades son mujeres. Acomplejado por no contar con amigos de verdad, comienza una carrera contrarreloj por conocer a alguien antes de su boda, que pueda ser el padrino.

Como os podéis imaginar, muchos de los gags tienen relación con la homosexualidad, ya que el asunto de un hombre que busca hombres, da juego para unos cuantos enredos del tipo malentendido.

El film tiene importantes influencias de Judd Apatow (Virgen a los cuarenta, Hazme reír). No en vano, el director de Te quiero tío, John Hamburg (Y entonces llegó ella) coincidió con él en la serie de televisión Undeclared. Además el esquema Apatow es taquillero y claro, ¿cómo no explotar el filón?

En el apartado guión, me gustaría destacar un hecho curioso. Si bien el argumento es responsabilidad de Larry Levin (Doctor Dolittle), la parte relacionada con los diálogos es un tanto abierta, ya que en muchos momentos se dejó a improvisación de los dos protagonistas: unos inspirados Paul Rudd (Mucho más que amigos, Las normas de la casa de la sidra) y Jason Segel (Cómo conocí a vuestra madre).

Se podría decir que Te quiero, tío parte de los esquemas básicos de la comedia romántica: dos personajes que de entrada parecen antagonistas, terminan por no saber vivir el uno sin el otro. La diferencia reside en el contexto de amistad en lugar de romance. Además, Rudd y Segel demuestran compenetrarse perfectamente (la química de la que se suele hablar en las películas de pareja) ya que la timidez de uno contrastada con lo extrovertido del otro, en el típico relato de transición de personalidad, funciona bastante bien.

Del resto del elenco unos personajes resultan mucho más divertidos que otros. Los mejores son Jon Favreau (Equipo a la fuerza, Iron Man) como tipo especialmente duro y machote, protagonizando una relación un tanto particular con su atraciva y morbosa esposa, Jaime Pressly (Me llamo Earl), J.K. Simmons (Spider-Man, Up in the air) en el rol de padre del personaje de Rudd y Thomas Lennon (17 otra vez, Hancock) que interpreta a un ofendido homosexual que creía haber ligado con el busca-padrino.

Otros más principales, como Rashida Jones (Vaya par de polis) en el papel de prometida o Andy Samberg (uno de los cómicos de la factoría Saturday Night Live) como hermano del novio, no son explotados de forma demasiado convincente. Incluso el cameo de Lou Ferrigno (Hulk) es superior.

A modo de resumen, diré que Te quiero, tío es una comedia que hace reír (no todas lo consiguen), con un planteamiento divertido de asuntos problemáticos como la homosexualidad, la inseguridad, el machismo y, en menor medida, los problemas de pareja, narrado con un ritmo bastante ágil y, en general, bien interpretado, que termina con un mensaje más diferente y refrescante que el que solemos encontrar en la mayoría de películas de treintañeros en crisis: tener pareja no es incompatible con pasarlo bien.

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