miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cazadores de sangre


Valoración: Mala

Hace poco un amigo me comentó que mi atracción por el mundo vampírico quizá fuera excesiva. No es que me vaya el estilo gótico ni nada de eso (aunque no tengo nada en contra) pero ciertamente me trago todo lo que tenga que ver con los "hominis nocturna" (así los definió Abraham Whistler en Blade) bien sea novelas (tengo la colección completa de Anne Rice) series de televisión o películas.

El caso es que desde pequeño me han fascinado las historias de vampiros, lo cual tiene un hándicap importante: como las veo todas, en ocasiones tengo que tragarme bodrios insufribles como Cazadores de sangre, película sacada directamente a vídeo en la que, curiosamente, otro mito se viene abajo: Steven Seagal.

No es que el bueno de Steven haya sido nunca referencia de ningún tipo en el mundo de la interpretación, pero al menos daba gusto verle romper huesos en películas como Alerta Máxima o Buscando justicia. La edad no pasa en balde y, al igual que le sucede a Chuck Norris en Walker Texas Ranger, su movilidad ha quedado reducida de tal manera que parece una caricatura de lo que una vez fue.

Habréis observado que llevo tres párrafos sin hablar de la película. Eso es porque no hay nada que contar. Se trata de la primera y única película de Richard Crudo (director de fotografía de American Pie). Imagino que el señor Crudo es un fanático de Blade y Resident Evil ya que este lamentable film se puede resumir de la siguiente manera: Un grupo de cazadores ataviados con ropa y armas muy similares a las que lucía Wesley Snipes cuando encarnaba al famoso "vampiro cazavampiros que ha visto el sol", tienen como misión exterminar a un montón de seres convertidos en zombies por culpa de un virus, o lo que es lo mismo, la imaginación al poder.

Teniendo en cuenta que al final el relato ni siquiera era de vampiros (importante mentira por parte de los publicistas de turno, ya que incluso en los créditos finales los caracteres aparecen como zombies), sólo me queda por recomendar, a los espectadores potenciales, que os ahorréis este despojo. Creedme, es consejo de amigo.

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