Cinco años después de la mediocre Karate Kid III, la cual todavía mantuvo una buena recaudación en taquilla, los productores de la saga quisieron estirar el producto con una cuarta parte, que resultó un desastre. Quizá el bajón de la tercera agotó la paciencia del público o a lo mejor en los noventa el espectador tenía una disposición diferente a los ochenta, el caso es que esta cuarta parte obtuvo unos irrisorios ocho millones de dólares en Estados Unidos, lo cual hundió definitivamente la saga (ya que el remake que se estrena estos días no puede considerarse parte de la misma).
Para empezar, hubo un cambio de director, ya que John G. Avildsen se encontraba rodando otros proyectos (curiosamente otro drama deportivo: 8 segundos). Tampoco se pudo contar con Ralph Macchio, que tras intervenir con relativo éxito en Desnudos en Nueva York, no quería encasillarse en el papel de Daniel San. Y algo parecido sucedió con los guionistas originales, que tampoco quisieron acometer el nuevo proyecto.
Así las cosas, El nuevo Karate Kid fue dirigido por el director de Arma Joven y El rector, Christopher Cain (padre de Dean Cain, el Superman de y no precisamente un primer espada), escrito por el inexperto Las aventuras de Lois y Clark) escrito por el inexperto Mark Lee (hasta la fecha sólo ha elaborado tres guiones en toda su carrera) y protagonizado sólo por una parte de la pareja que tanto éxito había dado a la saga: Pat Morita.
Ante este panorama, quienes pensaron que el asunto no pintaba bien acertaron de pleno, ya que el relato es tan predecible como poco adictivo. El señor Miyagi se encuentra en una ceremonia por los héroes de guerra y allí descubre a Julie, una chica problemática cuyo abuelo salvó la vida, en su día, al anciano maestro. Miyagi la recoge bajo su tutela y trata de poner orden en su vida mediante el karate. Es decir: más de lo mismo sólo que cambiando los personajes y perdiendo por completo el encanto y la frescura del primer Karate Kid.
Dentro del elenco destacaremos la incursión de una, por aquel entonces desconocida, Hilary Swank (que después ganaría dos Oscars por Boys don't cry y Million dollar baby) y Michael Ironside (V, Desafío total, Top Gun...) un actor que siempre ha mostrado gran solvencia en los roles de villano. Sin embargo, ante el descalabro de guión que les pusieron enfrente, poco pudieron hacer para salvar esta lamentable película.
El desastre en taquilla mencionado al principio, supuso que se diera carpetazo final a la serie, retomada actualmente por Will Smith, esposa e hijo, en el remake que acaba de estrenarse en España, el cual, si bien no logra superar al film original de 1984, desde luego es mucho mejor que cualquiera de sus tres secuelas.
Para empezar, hubo un cambio de director, ya que John G. Avildsen se encontraba rodando otros proyectos (curiosamente otro drama deportivo: 8 segundos). Tampoco se pudo contar con Ralph Macchio, que tras intervenir con relativo éxito en Desnudos en Nueva York, no quería encasillarse en el papel de Daniel San. Y algo parecido sucedió con los guionistas originales, que tampoco quisieron acometer el nuevo proyecto.
Así las cosas, El nuevo Karate Kid fue dirigido por el director de Arma Joven y El rector, Christopher Cain (padre de Dean Cain, el Superman de y no precisamente un primer espada), escrito por el inexperto Las aventuras de Lois y Clark) escrito por el inexperto Mark Lee (hasta la fecha sólo ha elaborado tres guiones en toda su carrera) y protagonizado sólo por una parte de la pareja que tanto éxito había dado a la saga: Pat Morita.
Ante este panorama, quienes pensaron que el asunto no pintaba bien acertaron de pleno, ya que el relato es tan predecible como poco adictivo. El señor Miyagi se encuentra en una ceremonia por los héroes de guerra y allí descubre a Julie, una chica problemática cuyo abuelo salvó la vida, en su día, al anciano maestro. Miyagi la recoge bajo su tutela y trata de poner orden en su vida mediante el karate. Es decir: más de lo mismo sólo que cambiando los personajes y perdiendo por completo el encanto y la frescura del primer Karate Kid.
Dentro del elenco destacaremos la incursión de una, por aquel entonces desconocida, Hilary Swank (que después ganaría dos Oscars por Boys don't cry y Million dollar baby) y Michael Ironside (V, Desafío total, Top Gun...) un actor que siempre ha mostrado gran solvencia en los roles de villano. Sin embargo, ante el descalabro de guión que les pusieron enfrente, poco pudieron hacer para salvar esta lamentable película.
El desastre en taquilla mencionado al principio, supuso que se diera carpetazo final a la serie, retomada actualmente por Will Smith, esposa e hijo, en el remake que acaba de estrenarse en España, el cual, si bien no logra superar al film original de 1984, desde luego es mucho mejor que cualquiera de sus tres secuelas.
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