Valoración:
Tras el exitazo que supuso Depredador de John McTiernan, la secuela no se hizo esperar. Tres años después, Stephen Hopkins (Los demonios de la noche, Perdidos en el espacio) ofreció una nueva historia con carácter futurista, en un contexto apocalíptico y excesivamente pesimista.
La acción se sitúa en Los Angeles, ciudad que se ha convertido en un campo de batalla entre los clanes de la droga y la policía. En medio de todo este embrollo, nuestro cazador extraterrestre favorito se va de safari, intentando aumentar su sala de trofeos.
El primer reto era cómo superar la falta de suspense. El espectador ya conoce al monstruo y de qué es capaz. Si evocamos la saga Alien, James Cameron solventó un problema similar con Aliens: el regreso, generando tensión con brillantes secuencias de acción. Hopkins, sin embargo, plantea la película desde un prisma erróneo, ya que vuelve a lo visto en la primera parte: unos personajes que buscan a un misterioso asesino y que no comprenden la situación hasta bien avanzado el metraje, lo cual resulta indefectiblemente aburrido para el espectador, que sí está informado de todo.
Y en cuanto a la mencionada acción, el despropósito de tiros y persecuciones sin orden ni concierto con el que Hopkins nos castiga, queda todavía más en evidencia al tener como referencia la excelente factura visual de McTiernan en Depredador y Cameron en Aliens.
Es curioso que el libreto fuera escrito por los responsables del film original (Jim y John Thomas) ya que el desarrollo de la historia no tiene nada que ver: Ni intriga, ni suspense, ni miedo, ni clímax final (de hecho el último tramo es tan excesivamente largo como ridículo). Así pues, la historia narrada es un simple pretexto para volver a poner en liza al exterminador alienígena y volver a llenar las salas de cine (negocio fácil y rápido).
Se trata de dar otro sello al relato con la incursión de elementos de vudú y la rivalidad entre la policía de la ciudad y los federales, pero el resultado es bastante mediocre. Y eso que el elenco de actores con el que contaban es importante: Danny Glover (Arma letal, Silverado), Gary Busey (Le llaman Bodhi, Alerta máxima), Rubén Blades (El color de la noche, La caja china), María Conchita Alonso (Perseguido, La casa de los espíritus), Bill Paxton (Aliens, Twister), Adam Baldwin (La chaqueta metálica, Independence Day), Robert Davi (La jungla de cristal, Los goonies)…
El film sobrevive gracias al recuerdo que poseemos del original, algo a lo que ayuda el uso de la misma banda sonora de Silvestri, pero realmente es un producto muy inferior, tanto que el mismísimo Schwarzenegger declinó su participación cuando tuvo acceso al guión. No me extraña.
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