martes, 12 de octubre de 2010

Frágiles


Valoración: Mala

Hay géneros en el mundo del cine que tienen el riesgo de generar films aburridos. Por poner un ejemplo, si uno va a ver una película en clave documental y descubre ya en la sala que el tema central no despierta la curiosidad prevista, la sesión se le puede hacer muy larga. Lo mismo sucede con películas de ritmo lento, ya que si lo que cuentan no es del interés de uno, pueden convertirse en auténticos suplicios.

Sin embargo, aburrirse viendo una película de terror es algo imperdonable. ¿Por qué el espectador busca este género? Por la tensión, el miedo, el suspense o incluso el divertimento, ya que si se tiene talento, incluir ciertos momentos humorísticos en mitad de este tipo de películas, suele funcionar muy bien.

Lo que está claro es que nadie va a ver una de miedo con la expectativa de aburrirse. Pero entre el cine de terror proveniente de Asia, sus influencias y mediocres autores como el sobrevaloradísimo Jaume Balagueró, las películas de este género cada vez son más soporíferas.

Como Balagueró es español, muchos se tienen a menos de hablar mal de él. Allá ellos, porque el cine no entiende de fronteras políticas. Y este director sólo ha conseguido buenas cotas de miedo, suspense y entretenimiento con REC. Del resto de su filmografía no se salva nada, incluyendo esta soporífera y nada original Frágiles, de la que hablaremos brevemente, ya que no hay mucho que comentar.

Estamos ante una película visualmente correcta (buenos encuadres, cuidada fotografía, movimientos de cámara nada toscos) pero es lo único salvable técnicamente hablando, ya que la puesta en escena es tan pobre, que no genera ni atmósfera claustrofóbica ni clima de tensión.

En referencia al relato, lo de contar una buena historia parece quedar muy grande a Balagueró, pues se ha limitado a copiar descaradamente trozos de la película El internado de Pascal Laugier (y algunas más de temática similar) adoptando la enfermedad que padecía Samuel L. Jackson en El protegido de M. Night Shyamalan.

El guión es muy deficiente. En lo que se refiere a la trama, está tan mal planteada y narrada que al público le importa un bledo cual es el misterio del hospital, entre otras cosas porque a la media hora de metraje todos, excepto la mayoría de los ridículos caracteres que pululan por el film, tenemos claro lo que pasa. Ya que los mencionamos, el libreto descuida por completo a todos y cada uno de los personajes, incluidos los protagonistas, pésimamente definidos, de forma que es imposible simpatizar con ninguno de ellos.

El trabajo con los actores tampoco debió de ser muy bueno, ya que las interpretaciones dejan mucho que desear, como si ninguno creyera lo que está representando. Calista Flockhart no cambia de rostro en todo el metraje, cosa que tampoco hace Elena Anaya. En el caso de la española es más previsible, ya que todos sabemos dónde reside su talento (atractivo físico) pero Ally McBeal es bastante mejor actriz de lo que aquí demuestra. Sobre los roles masculinos, son tan poco relevantes que no les dedicaré ni una línea y los niños, simplemente gritan (muy propio).

En resumen, Balagueró dirige y escribe un desastre total, un gran aburrimiento y un ejemplo más de su torpeza como cineasta y escritor. ¿Será REC flor de un día? Por lo que parece, así es.

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